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App española ayuda a que el huésped ande en el hotel como Pedro por su casa

Para el emprendedor español Faustino Fernández, que ya ha dado el salto a EE.UU. con una app que abre a los huéspedes las puertas de las habitaciones de hotel y les libra del paso por recepción, las llaves son siempre un "engorro".

"La idea de Lock Up surgió por los problemas de cargar siempre con las tarjetas o las llaves, es un engorro, algo medieval. Las llaves eran la única cosa que no se había sustituido por el teléfono móvil", dice Fernández a Efe en el EB Hotel de Miami, uno de los tres en EE.UU. donde ya está instalado un prototipo de la app.

Básicamente, Lock Up permite a los hoteles funcionar sin tarjetas y a los huéspedes entrar y salir de sus habitaciones usando únicamente sus teléfonos inteligentes y sin necesidad de pasar por recepción para el check in y el check out, aunque la aplicación tiene otras muchas funciones.

Su gran ventaja sobre otras soluciones del mismo tipo es que los hoteles no deben cambiar sus cerraduras, solo adaptarlas para colocar el dispositivo diseñado por Fernández y su equipo, que están desarrollando variantes para los cruceros y para los apartamentos turísticos como los que manejan Airbnb y otras empresas.

El costo de instalación por habitación está entre 129 y 159 dólares, dice Fernández.

Pero Lock Up no es solo un abrepuertas. Entre otras muchas funciones tiene la de servir de geolocalizador de huéspedes y empleados, lo que permite organizar el trabajo de una manera más eficiente y prestar una mejor atención.

Desde el momento en que el cliente realiza su reserva de hotel, puede solicitar servicios o hacer reservas y una vez que dispone de la habitación, con su "llave" activada en el móvil puede controlar, por ejemplo, si sus hijos subieron de la piscina, quién entró en el cuarto y a qué hora, y a cuánto asciende la cuenta hotelera hasta el momento.

En EE.UU. hay ya tres hoteles que están probando la aplicación y Fernández, un ingeniero industrial nacido en Orihuela (Murcia) en 1979, ha contactado en Miami con grandes cadenas hoteleras como Hilton y Marriott, y lo mismo hizo antes en California.

Las perspectivas son tan buenas que ya tiene decidido trasladar la fabricación de los dispositivos a EE.UU., donde ha constituido la empresa Lock Up América LCC, aunque los desarrolladores seguirán en Murcia.

Con un capital inicial de 13.000 euros, Fernández y sus socios se plantearon en 2014 crear una app que sirviera para el control de accesos a nivel universal, pero casi "mueren de éxito" por un exceso de demanda, así que decidieron replantearse el proyecto y centrarse en el sector hotelero.

Para hacerlo contaron con el apoyo de Lanzadera, una incubadora de startups (compañías emergentes) situada en Valencia (España) y propiedad de Juan Roch, dueño de una importante cadena de supermercados en España.

Ahora están abriéndose a una internacionalización de la mano del centro Bernardo de Gálvez de Miami, una iniciativa privada que ayuda a empresas emergentes españolas a aterrizar en EE.UU.

En varias rondas de financiación, Lock Up logró 400.000 dólares y ahora espera alcanzar la autosuficiencia en diciembre próximo.

La próxima ronda de financiación se convocará en EE.UU. y será de 600.000 dólares, de los cuales ya tienen apalabrada la mitad.

"Vamos a dejar de ser una startup para convertirnos en una empresa con recursos propios y autosuficiente. Eso es un problema fundamental para las startups", dice.

El próximo paso será el lanzamiento en octubre de la app Lock Up Appartments, para la cual ya tienen vendidos 70.000 euros.

Con esta app se acabará el "tedioso problema tanto para clientes como dueños a la hora de la entrega y recogida de llaves de apartamentos turísticos", dice.

Si se le pregunta si las llaves se perderán también cuando solo estén en el teléfono, responde: "el móvil es el único objeto que si te lo olvidas, vuelves inmediatamente a buscarlo".

Fernández destacó la importancia de la "cantera" tecnológica española y opinó que todavía puede ser mayor si hay más apoyo para los jóvenes emprendedores y cambia la mentalidad del tejido industrial español. "Que no nos sigan viendo como frikis", dice.