VIDA Y ESTILO María Sofía Velázquez - 

Señofobia, ¿la conoces?

El otro día me topé con este post y, por supuesto, lo repliqué en mi cuenta de Instagram. En algún momento todo cambia.

Al principio son pequeños detalles.

Estas con una sobrina adolescente y te preguntan si es tu hija. En este momento, no tienes hijos ni siquiera, aunque podrías, hace rato...

Luego, "señora" una vez, dos veces, tres veces. En el súper, la farmacia, la tienda. Buscas traje largo y te preguntan "¿con o sin mangas?" mientras te alejan del rack de trajes sexys llenos de piedras.

Hace seis meses, estaba en el supermercado y le pregunto a un hombre joven y guapísimo, uniformado, no sé si era un supervisor o qué, y él me explicaba algo mientras yo juraba que éramos dos bellos iguales charlando. En un segundo levantó la mirada hacia un joven empaquetador y le dijo: "Ayuda por favor a la SEÑORA...". BOOM. KABOOM. POW.

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Y entendí. Yo tenía edad para ser la tía o madre joven de ese bombón. Me sequé una lagrimita en el pasillo de la harina. Y lo asumí.

Caminando iba por una construcción unos meses después y estalló la silbatina que me arruinó tantas caminatas en mi adolescencia, y lo único que se me ocurrió legítimamente hacer fue darme vuelta y decirles "¡GRACIAS, CHICOS!".

Dos veces en el último mes me preguntaron si era jubilada. ¡Qué pasados! Tampoco así.

"SEÑORA. DOÑA. DOÑITA". ¿Pronto, "ABUELA"?

No, no, no. No estoy lista. Mi cuerpo grita una cosa (47 años, por ejemplo), mi espíritu, otra (25 abriles).

Soy una pela'a.

Jamás negaré ni un solo año vivido y cumplido. Pero yo no soy señora. Sorry. Señora es mi mamá. Y tampoco.

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FUENTE: María Sofía Velázquez

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