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París admite "dificultades" económicas pero defiende su rumbo de reformas

El Gobierno francés admitió hoy que el país atraviesa "dificultades" pero insistió, por medio de su ministro de Economía y Finanzas, Pierre Moscovici, que las reformas iniciadas mantienen su rumbo y que la recuperación "se está dando ya".

Moscovici reivindicó que, no obstante las malas noticias relacionadas con la pérdida de competitividad empresarial o el aumento del paro en Francia, el país es la "quinta economía del mundo" por su Producto Interior Bruto (PIB).

Y mantuvo que confía en que se cumpla de aquí a final de año la promesa del presidente, François Hollande, de que se reinvierta la tendencia del incremento sostenido del desempleo

"Tengamos confianza en el país, en sus servicios públicos, su capacidad de innovación", proclamó en una entrevista en el canal del televisión "TV5Monde", al final de una semana en la que la prensa francesa aludió a diferencias entre el ministro y el jefe del Gobierno, Jean-Marc Ayrault.

"No hay ningún problema político o personal con el primer ministro", quiso zanjar Moscovici después de que, el pasado lunes y por sorpresa, Ayrault anunciara un "replanteamiento" de la política impositiva, objeto de una amplia oposición popular en Francia.

Durante seis días los medios de comunicación han comentado en profundidad la existencia de hondas diferencias entre Ayrault y su ministro de Economía, en particular por el giro que, en materia fiscal, anunció el Gobierno tras semanas de protestas por lo que se ve por parte de muchos como un incremento insoportable de la presión fiscal.

"Es el primer ministro y él tiene la iniciativa de las reformas políticas", recordó el ministro, quien dijo estar "totalmente de acuerdo con Ayrault" y añadió: "Hemos hecho muchas reformas fiscales desde que estamos en el Gobierno".

La oposición se ha manifestado especialmente en la región de Bretaña, donde las protestas contra la "ecotasa", un impuesto sobre la circulación de camiones cuya aplicación prevista para el 1 de enero se ha aplazado, coincidieron con el anuncio de suspensiones de pagos de empresas como la filial francesa de la multinacional española Fagor.

A pesar de la preocupación que manifiestan los franceses en los sondeos cuando se les pregunta sobre su confianza en las reformas emprendidas por el Gobierno -con Hollande en mínimos históricos de apoyo a un presidente de la República- Moscovici manifestó su optimismo.

El ministro aludió a que la reciente nueva degradación de la calificación de la deuda de Francia por parte de la agencia Standard & Poor's no se tradujo en un impacto negativo sobre los tipos de interés que tiene que pagar el país.

E insistió: "La recuperación está llegando, está ahí", aunque concedió ante los periodistas que le entrevistaban en el canal de televisión que el "cambio de tendencia" al que aspiran los franceses y que dijo comienza a manifestarse "no es suficiente".

Defendió no obstante que el Gobierno socialista ha hecho reformas, pero recordó que el Ejecutivo tiene un período de trabajo de cinco años y dio a entender que con anuncios como los del replanteamiento de la política fiscal se entra en una "segunda etapa".

Moscovici se refirió al contexto europeo al comentar las medidas de ajuste que su país ha aplicado con el fin de cumplir con los objetivos de disciplina que se fijan en la Unión Europea y se manifestó concretamente sobre la política económica de Berlín.

Reiteró que las medidas de ajuste aplicadas en Europa tienen que verse equilibradas con un "esfuerzo" de países que registran excedentes, como el que tiene Alemania en su comercio exterior.

Moscovici alegó que es preciso que se dé "un equilibrio entre los que hacen reformas y los que tienen que poner el pie en el acelerador".

El ministro aseguró que "cuando un país tiene déficit tiene que hacer reformas, pero cuando tiene excedentes tiene que contribuir".

Y aseguró que el principio de acuerdo alcanzado recientemente en Alemania para la instauración de un salario mínimo en ese país es "un paso en esa dirección".

Aunque Moscovici indicó que no es asunto suyo opinar sobre la política interna de otros países, apoyó que desde Alemania se haga una contribución similar a la que otros Estados de la eurozona hacen para equilibrar sus cuentas.

Además reconoció que la Unión Europea tiene una cierta "mala prensa" entre sus ciudadanos, opinión que justificó "porque desde hace cinco años estamos en crisis", y aseguró que esta circunstancia ha provocado la aparición de un cierto "desgaste psicológico". EFE