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George Clooney trata de emular a Steve McQueen

Redacción internacional (EFE). La música, la ambientación, la historia, todo en "The american" tiene un cierto sabor añejo al que le hubiera ido que ni pintado la fuerza y el rostro de Steve McQueen. A cambio, un apagado George Clooney, que es lo más débil de una película interesante, extraña e inclasificable.

Tras debutar en la gran pantalla con "Control" (2007), el holandés Anton Corbijn demuestra que las buenas críticas de esa película sobre Ian Curtis no fueron por casualidad y con "The american" confirma un estilo muy personal y una visión especial de la narrativa fílmica.

El pasado como fotógrafo de Corbijn se palpa en los magníficos encuadres, en la suave cadencia de los planos y en la cuidada elección de cada escenario para esta mezcla de thriller e historia romántica.

Todo ello en una atmósfera deliberadamente pesada, con escasos diálogos y una sutil presencia de la música, que subraya aún más el aspecto setentero de la película.

Canciones como "La bambola", interpretada por Patty Bravo, o ""Tu vuó fá l'americano", de Renato Carosone, acompañan el recorrido de "l'americano" que da título al filme, el personaje de Clooney, un frío asesino a sueldo que se refugia en un pequeño pueblo de los Abruzzos para escapar de una banda rival sueca.

Jack o Edward, nombres del protagonista en función del momento, sufre remordimientos por haber asesinado a su última amante, lo que no le impide aceptar un nuevo encargo, mientras lleva una supuesta vida de fotógrafo en el pueblo.

El padre Benedetto (Paolo Bonacelli) y una prostituta, Clara (Violante Placido), son las únicas personas a las que el americano se acerca en el camino que le debe llevar a un cambio en su vida.

Una historia que adapta la novela "A Very Private Gentleman", de Martin Both, y en la que el protagonismo recae totalmente sobre los hombros de un George Clooney un tanto fuera del papel y que hace añorar a un McQueen que hubiera estado perfecto como asesino sensible, frío y huraño, todo en uno.

Pese a ello, una película hipnótica, con un perfecto juego de tiempos y en la que, por una vez, la acción no enmascara el resto de la historia, como suele ser habitual en los thrillers.

Un filme con el que George Clooney ha querido ayudar a la región de los Abruzzos, tras el terrible terremoto que sufrió en abril de 2009 y que llega este viernes a los cines españoles -en octubre a Latinoamérica- precedida de un buen resultado en la taquilla estadounidense, donde ocupa el primer lugar desde su estreno hace dos semanas.