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Nicole Kidman necesita 'arriesgar' en sus películas

La oscarizada Nicole Kidman se ha erigido en los últimos años como una de las intérpretes más versátiles y polifacéticas de la industria del cine, al combinar superproducciones de Hollywood cuyo éxito parece estar asegurado de antemano como el caso de 'Moulin Rouge' (2001), con películas mucho más experimentales y controvertidas que, aunque le han ayudado a saciar su curiosidad por la naturaleza humana, también han dejado como resultado una crítica dividida y una fuerte polémica como telón de fondo.

Eso precisamente es lo que le ocurrió cuando decidió afrontar la ingente tarea de dar vida a la malograda Grace Kelly en la controvertida y denostada película biográfica 'Grace de Mónaco' (2014), lo que acabó derivando en un rechazo frontal por parte de los expertos y, sobre todo, de la familia real monegasca. No obstante, semejante varapalo no ha conseguido minar las energías de la australiana y mucho menos su deseo de seguir "arriesgando" con papeles cinematográficos que le permitan exprimir al máximo su talento interpretativo.

"Siempre me ha gustado que me ofrezcan papeles diferentes, que no encajen tanto en los clichés del cine comercial y que me sirvan para explorar nuevos universos. Por eso trato de trabajar con directores interesantes y que tengan una concepción más revolucionaria de este negocio, ya que de esta forma puedo seguir arriesgando y al mismo tiempo evolucionando como actriz", confesó a la revista Glamour, antes de citar al oscarizado Michael Haneke como el principal cineasta con el que le gustaría trabajar en un futuro.

Uno de los retos interpretativos más complejos en la carrera de Nicole Kidman llegó a la gran pantalla de la mano de 'Dogville' (2003), la angustiante cinta del director Lars von Trier en la que Nicole ofrece una lección magistral sobre cómo exhibir con realismo todo tipo de emociones en dos horas escasas de metraje. Teniendo en cuenta que la atmósfera de esta cinta no difiere en exceso de la oscuridad y la melancolía que se desprenden de las dos últimas cintas de Michael Haneke -la oscarizada 'Amor' y la inquietante 'La cinta blanca', la estrella de cine está segura de que podrá convencer al austríaco de que cuente con ella en su próximo proyecto.

"Espero que me tome en cuenta la próxima vez que se anime a rodar; creo que con determinación y un poco de insistencia se podrá conseguir. Ahora pienso en muchas actrices que se quejan de que ya no hay trabajo para las mujeres que han llegado a los 40.

Eso no es cierto, quizá ya no haya tantos papeles para nosotras, pero siempre habrá un hueco para ti si te lo propones y estás dispuesta a ampliar tus horizontes interpretativos", aseveró en la misma entrevista, antes de ofrecer una razón más de por qué lleva años sin encajar en la cultura popular de la meca del cine.

"La vida en Hollywood no es para mí, me di cuenta hace muchos años de que no me identifico con algunas de sus reglas no escritas. Estoy mucho más contenta viviendo con mi familia en mi rancho de Nashville (Tennessee)", sentenció.

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