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Reseña: Del Toro lanza un hechizo gótico con "Crimson Peak"

La amenaza más apremiante en el filme de terror gótico de Guillermo del Toro "Crimson Peak" no son los rebosantes calderos de ánimas en el sótano de una vieja mansión victoriana, ni una maquinadora hermana vestida de negro (Jessica Chastain) que sirve un amargo té venenoso.

Es la posibilidad latente de que, en cualquier momento, el exuberante y ornado tapiz del filme pueda tragarse a sus actores.

Sería una muerte de lujo.

"Crimson Peak" está envuelta en las trampas estilísticas del género de un modo tan encantador, que es una de las pocas películas de las que se puede decir que vale la pena ver sólo por su empapelado.

La protagonizan Mia Wasikowska, Tom Hiddleston y Jessica Chastain, un buen trío de actores. Pero los verdaderos artistas del filme más allá del elenco son el director de cinematografía Dan Laustsen, el diseñador de producción Thomas Sanders y la diseñadora de vestuario Kate Hawley, quienes bajo el ilustre mando de Del Toro evocan una atmósfera gagá con todo lo gótico.

"Crimson Peak" lanza un hechizo que no logra mantenerse, pero es indiscutiblemente la obra de un hombre que ama el cine, profundamente.

Comienza con un flashback y la afirmación de Edith Cushing (Wasikowska) de que "los fantasmas son de verdad". Tras la muerte de su madre, ella (o al menos un macabro fantasma de ella) visita a Edith con una aterradora advertencia: "Cuidado con Crimson Peak". Es un mensaje que curiosamente no logra impresionar.

Transcurre en Buffalo de fines de siglo, donde Edith vive con su padre Carter Cushing (un excelente Jim Beaver). Quiere ser novelista, pero su manuscrito (una historia de fantasmas) es rechazado con condescendencia, elogiado solo por las "vueltas" femeninas de su caligrafía. Aconsejada a escribir una historia de amor, alega que los fantasmas son una metáfora del pasado.

Tal es el tono de la fábula de Del Toro, quien la escribió con Matthew Robins. Uno no podría confundirla con Henry James o siquiera con Hitchcock. El exquisito diseño escenográfico es más fuerte que las emociones; lo grotesco es demasiado hermoso como para ser demasiado profundo.

Desde Inglaterra, Thomas Sharpe (el espléndido Tom Hiddleston) llega a la ciudad con su misteriosa hermana Lucille (Chastain), en busca de una subvención para un artilugio de su invención para excavar la arcilla roja bajo su casa. Cushing, un empresario establecido, rechaza a Thomas, pero Edith no lo hace.

Los Sharpe tienen motivos claramente engañosos, pero Edith se deja conquistar por Thomas. Justo cuando están partiendo de Buffalo, el padre de Edith es asesinado. La escena es hermosa: bajo la luz vaporosa y dorada de la mañana en una casa de baños, un agresor se escabulle hasta Carter y le aplasta el cráneo contra un lavabo, dejando que la sangre y el agua fluyan por la porcelana agrietada.

Edith y Thomas se casan y el trío regresa a la remota casa solariega de la familia Sharpe en Inglaterra, Allerdale Hall, donde la película se adentra en una casa de terror, y así comienza su segunda mitad más predecible. Un hoyo en el techo deja entrar la luz y las hojas de otoño, la arcilla roja bulle bajo los tablones del piso, fantasmas acechan los armarios, el baño chorrea un rojo sangre y horror de horrores la cocina, que se vería mejor con una cubierta de granito, todo un trabajo para un reparador.

La cinta llega a una trama tipo "Notorious" ("Tuyo es mi corazón") en la que Edith es poco a poco envenenada mientras va descubriendo los secretos de los Sharpe.

La rica atmósfera de "Crimson Peak" nunca declina, pero la historia sí. Tras convocar a los fantasmas góticos, Del Toro no llega a soltarlos por completo. La oscura fantasía del director mexicano, "El laberinto del fauno", sigue siendo su obra maestra, pero su pasión por el romance gótico es contagiosa.

Como lo demostró con su último filme, la cinta de monstruos kaiju "Pacific Rim", puede que no haya un mejor conjurador del color en el cine. Sus sueños, y sus pesadillas, son en tecnicolor.

"Crimson Peak", un estreno de Universal Pictures, recibió una censura R (menores de 17 deben estar acompañados por un padre o representante adulto) de la Asociación de Cine de Estados Unidos por "violencia sangrienta, cierto contenido sexual y breve lenguaje fuerte. Duración: 118 minutos. Tres de cuatro estrellas.

FUENTE: AP

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