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James Franco atribuye su criticada actuación como presentador de los Óscar a los "nervios" de estar nominado

Puede que el actor, director y, en general, versátil artista James Franco haya vuelto a disfrutar de las mieles del éxito gracias a la entusiasta acogida que ha recibido su más reciente trabajo cinematográfico, la cinta 'The Disaster Artist' -ganadora de la Concha de Oro en el pasado Festival de San Sebastián-, pero lo cierto es que este renacer creativo no ha hecho olvidar al intérprete los muchos años que pasó fuera de la primera línea de Hollywood, entre otras razones, por su criticadísima labor como maestro de ceremonias en la edición de 2011 de los premios Óscar, en la que compartió cargo con la posteriormente oscarizada Anne Hathaway.

"Creo que en ese momento, trataba de justificarme a mí mismo el fracaso con la idea de que era un experimento, y ya me decía: 'Esto va a ser muy extraño'", ha confesado el extravagante artista a Variety antes de confesar que los nervios de estar al mismo tiempo nominado en la ceremonia, nada menos que en la categoría de mejor actor protagonista por la película '127 horas', le jugó una mala pasada.

"Por una parte me sentía muy incómodo y nervioso con toda la atención recibida porque estaba nominado, y también tenía algo de miedo ante la idea de perder, porque todo el mundo daba por hecho que iba a ganar Colin Firth [quien se hizo con el galardón por su papel en 'El discurso del Rey']", ha explicado sobre un protagonismo doble del que no se desprendió precisamente en un feliz desenlace.

Teniendo en cuenta que esa noche se fue a casa de vacío y que, al mismo tiempo, los analistas de todo el mundo cargaron duramente contra él por la supuesta desgana y falta de motivación con la que presentó la ceremonia -las críticas que recibió Hathaway fueron algo más benevolentes-, no debería resultar sorprendente que el ahora venerado cineasta se arrepienta profundamente de haber aceptado una oferta cargada de tanta responsabilidad.

"Bueno, creo que no debería haberlo hecho, si te soy sincero, pero por otro lado tengo que decir que siempre se me acusa o de estar bajo de energías o de ser casi hiperactivo. En realidad, en esos momentos solo intenté hacer las cosas bien, ser el hombre recto. Me imagino que me pasé de la raya y acabé siendo el hombre muerto", ha aceptado con un punto de resignación.

FUENTE: Showbiz