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Ruddy Rodríguez siente una gran responsabilidad

CARACAS (AP). La venezolana Ruddy Rodríguez alterna con facilidad sus papeles como modelo, actriz y empresaria, además de entregarse a las causas sociales a tal punto que no se imagina a sí misma sin poder ayudar a alguien un solo día de su existencia.

"No sabía qué tan importante era un artista dentro de la sociedad", dijo Rodríguez a la AP en una entrevista reciente en un hotel capitalino. "De cierta manera los artistas somos embajadores... el artista también juega un rol muy importante de representación fuera de nuestras fronteras".

La esbelta trigueña de ojos café que emergió a la luz pública en 1985 como representante de Venezuela en el Miss Mundo y llegó a ser una "chica Bond" en la película sobre el agente 007 "The Living Days" (1987) protagonizada por Timothy Dalton, sigue cruzando los límites territoriales luego de más de dos décadas de trayectoria.

Hoy es una de las "Amas de casa desesperadas", versión hispana de la exitosa serie estadounidense "Desperate Housewives" y estrenada en lo que va de 2008 en Ecuador, Colombia, Panamá, Argentina y Venezuela y sigue trabajando activamente en telenovelas.

Rodríguez, quien ha protagonizado más de una decena de ellas, como "Niña bonita", "Amantes de luna llena", "La mujer doble", "El magnate" y "Aguamarina", también se mueve a sus anchas en las tablas teatrales, pues ahí empezó su carrera incluso antes de ser reina de belleza.

Pero en esta ocasión en Venezuela sirvió de presentadora para el cómico colombiano Andrés López, quien trajo a este país el espectáculo "La pelota de letras" y con quien comparte la difusión de los preceptos de una fundación llamada El Camino a la Felicidad.

"Son una serie de consejos éticos sencillos que te ayudan a vivir mejor desde el momento en que empiezas a aplicarlos", dice Rodríguez al tiempo que acota que tiene "formación católica" y cree "en Dios sobre todas las cosas", por lo que desestima a quienes califican de secta a la cienciología y cualquier otra fundación que ella respalde.

Desde hace 13 años Rodríguez pertenece a la Iglesia de la Cienciología, cuyo miembro más prominente es el astro de Hollywood Tom Cruise.

"La cienciología no trata de competir con ninguna de las religiones, es una filosofía religiosa aplicada", señala la actriz de 41 años. "Creo que ha logrado unir a otras religiones".

Y no sólo cree en el poder divino, sino también en el del ser humano: "No dejo nada a la suerte, yo hago mi propio camino, yo hago mi propio destino".

Quizá en su destino nunca imaginó a tantas personas expresándole cariño y admiración.

En un evento cualquiera se le acerca gente de todas las edades, géneros y clases sociales, le regalan estampitas de santos y algunos hasta la bendicen directamente.

Rodríguez sólo agradece y sonríe con sencillez y en la entrevista se conmueve hasta las lágrimas recordando esos momentos.

"Sentirme bendecida es una gran responsabilidad", dice. "Ahí es donde uno le da gracias a la vida de estar en un buen momento... Las bendiciones son el impulso para que sigas adelante".

Casi instantáneamente ríe chispeante y aflora la dinámica mujer que se entrena día a día como empresaria de una firma de cosméticos que lleva su nombre.

"Ruddy Rodríguez Cosméticos es una empresa familiar que dura hasta que mi familia quiera", dice e informa casi saltando de emoción que ya su tienda está en los Emiratos Árabes Unidos. "Sueño con que la bolsa de mi tienda diga más que Venezuela, Colombia y Katar; que algún día diga República Dominicana, Ecuador, etc.", dice en referencia a los rincones adonde le gustaría llevar su firma.

De hecho tiene una tienda en Colombia, donde prácticamente ha vivido desde hace casi cuatro años y donde conoció al colombiano Juan Sebastián Restrepo, con quien está "felizmente ennoviada" desde hace casi dos años.

"Quiero volverme a casar", expresó sonriente y resuelta la actriz, quien paso más de una década casada con Rodolfo Pissani, de quien se separó en buenos términos y sigue siendo amiga.

Tras una amplia trayectoria artística, la escultural artista de 1,77 metros de estatura insiste en que una de sus claves de triunfo es trabajar ayudando y dejándose ayudar.

"Yo estoy donde estoy por la ayuda de otras personas, y otras personas están donde están por la ayuda que yo les he podido brindar. Funciona así", afirma, "nadie está solo".

Esa misma idea la acuña en la labor social, en la cual asegura recibe pleno apoyo de otros artistas con los que tiene objetivos comunes: "Todos queremos que disminuya la pobreza, el maltrato infantil, las condiciones infrahumanas que tienen los niños y adultos".