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Los príncipes Guillermo y Enrique adoran a Rod Stewart

Buena parte de la legión de fans que acumula el incombustible Rod Stewart (71) en su Gran Bretaña natal llevaba ya años esperando que la reina Isabel II se dignara a concederle el título de caballero de la Orden del Imperio Británico, una distinción que el artista recibió ayer martes en el palacio de Buckingham en una ceremonia que, en ausencia de su abuela, fue presidida por el príncipe Guillermo, quien no pudo ocultar su entusiasmo ante el hecho de que el tiempo hubiera hecho finalmente justicia con el veterano intérprete.

"Después de la parte más solemne, el príncipe se le acercó y le dijo: 'Mi hermano y yo creemos que te mereces este reconocimiento desde hace mucho tiempo. ¡Enhorabuena!'", reveló la esposa de Rod Stewart, Penny Lancaster, en el programa de la televisión británica 'Loose Women' al recordar varias anécdotas de tan memorable día.La pareja y sus dos hijos, Alastair (10) y Aiden (5), se desplazaron a Londres un día antes de que tuviera lugar la ceremonia para evitar que cualquier tipo de improviso pudiera arruinar semejante acontecimiento, una decisión que les dio la oportunidad de celebrar en familia, y con la seguridad de encontrarse ya en la capital británica, un momento clave en la trayectoria profesional de Rod Stewart.

"Fue uno de los días más increíbles e inolvidables que hemos vivido juntos, sin duda alguna. Pero al principio nos invadió el pánico ante la posibilidad de que llegáramos tarde al palacio al vivir a dos horas en coche de Londres, así que decidimos viajar un día antes y quedarnos a dormir en un hotel. De camino al hotel, Rod empezó a cantar entre risas, diciendo cosas como: 'Mañana seré por fin un caballero'", manifestó Penny orgullosa.

Sin embargo, parece que al pequeño Aiden le hacía más ilusión visitar el palacio de Buckingham por lo que había aprendido de tan emblemático edificio en los libros infantiles del famoso personaje 'Paddington Bear', que por el hecho de que su padre fuera a ser homenajeado por la familia real.

"En cuanto aparcamos en los alrededores del palacio, Aiden no pudo contener su entusiasmo y me dijo: 'Ya estamos aquí, donde estuvo hace poco Paddington Bear ['El Osito de Paddington']. Qué ganas tengo de entrar'. La verdad es que los tres estábamos muy orgullosos de Rod y en cuanto terminó todo nos abrazamos a él emocionados", apuntó.