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Sandro, lucha por su vida

BUENOS AIRES (AFP) - El popular cantante argentino Sandro, un émulo de Elvis Presley que se hizo famoso en América latina con sus baladas románticas, se debate entre la vida y la muerte en espera de un transplante cardiopulmonar.

"Fue una decisión mía. Prefiero no perderme la vida. Quedar tirado en una cama con un tanque de oxígeno es lo mismo que estar muerto", dijo Sandro, de 62 años, que de joven soñaba con ser cantante de rock.

El caso de Sandro despertó también en estos días una polémica sobre la invasión a la privacidad de los famosos, a raíz de que un funcionario hizo salir a la luz que está en la lista de pacientes para un transplante de órganos.

"Pido perdón. No hubo ninguna mala intención, fue la inexperiencia en el manejo de los medios", pidió disculpas el funcionario Armando Perichón, quien presentó luego su renuncia indeclinable a la dirección del INCUCAI, el ente oficial que regula los transplantes.

Pero lo que impactó a los millares de fans fue el agravamiento del enfisema pulmonar crónico del artista, cuyo verdadero nombre es Roberto Sánchez.

El cantante, que había aparecido en la escena musical a mediados de los años 60 con su grupo 'Sandro y los de Fuego', fue uno los máximos impulsores del rock and roll en Argentina y uno de los primeros en cantarlo en español.

"Sandro es (Carlos) Gardel porque fue lo más cercano a Elvis (Presley) que dio el sur del mundo y, para la industria de la música, porque vendió millones de discos", escribió el periodista especializado Víctor Pintos.

La admiración de Sandro por Presley lo hizo copiar desde la ropa hasta los sensuales movimientos de pelvis y sus populares patillas, que aún conserva.

Popular en Latinoamérica desde aquellos inicios, 'el Gitano', otro de sus apodos, se pasó luego al romanticismo e hizo delirar con temas como "Rosa, Rosa" y "Quiero llenarme de tí" a millares de mujeres que arrojaban su ropa interior al escenario, como muestra de entrega al ídolo.

Pero ahora Sandro vive alejado de los escenarios y "rodeado de tanques de oxígeno", como él señala, en su casa de la periferia sur de Buenos Aires.

Como marca de su fama, cada 19 de septiembre, en el día de su cumpleaños, decenas de fanáticas ya veteranas --a las que él sigue llamando 'mis nenas'--, se reúnen frente a su casa.

El artista aparece entonces enfundado en su clásica bata roja y les arroje un beso de complicidad eterna.

Y ellas le perdonan incluso que se haya casado con Olga Garaventa, con quien formalizó hace un año una larga relación.

El enfisema pulmonar que padece por su tabaquismo lo puso al borde de la muerte en 2005, aunque tras una complicada intervención quirúrgica pudo incluso volver a cantar.

En octubre de 2006 Sandro presentó su último disco "Secretamente palabras de amor", el número 38 de su trayectoria, por el que recibió un disco de platino que le entregó la legendaria cantante Mercedes Sosa.

En aquel momento, el 'Gitano' confesó que le quedaban por cumplir dos grandes anhelos, que eran "grabar un disco de rock and roll violento" y volver al cine con un "papel interesante", que no le demandase esfuerzo físico.

Pero, cinco meses más tarde volvía a ser hospitalizado por un problema cardíaco.

A partir de 1970, protagonizó una docena de películas como "Gitano", "La vida continúa", "Quiero llenarme de ti", "Muchacho" y "Embrujo de amor", que se proyectaron en toda América latina.

Fue además el primer artista latino en actuar y llenar el famoso estadio Madison Square Garden de Nueva York, en dos conciertos ofrecidos en abril de 1970.

Considerado un ícono de los inicios del profuso movimiento de rock en Argentina, por ser el primero que cantó en español, es respetado por los roqueros que le 'perdonaron' su pase a la música romántica.

Así, dos emblemas del rock vernáculo como Charly García y Pedro Aznar convocaron a Sandro para grabar juntos una versión de 'Rompan todo' de Los Shakers, en su disco conjunto 'Tango 4' de 1991.

En 1999 fue editada la placa 'Tributo a Sandro. Un disco de rock', en el que exitosas bandas como Divididos, Los Fabulosos Cadillac, Attaque 77 y Bersuit Vergarabat, y hasta los mexicanos de Molotov, versionaron clásicos de toda la carrera del intérprete y autor.

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