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Las misiones sociales, el vínculo de Chávez con los pobres de Venezuela

CARACAS (AFP). Las misiones sociales para ayudar a los sectores más vulnerables de Venezuela se convirtieron en la conexión material y emocional entre los pobres y el fallecido presidente Hugo Chávez, quien impulsó así su obra más reivindicada y altamente costosa, pese a una eficacia muy cuestionada.

Aconsejado por el líder cubano Fidel Castro, Chávez lanzó en 2003 las primeras misiones para afrontar una peligrosa caída de su popularidad, que se había cristalizado en un fallido golpe de Estado en 2002 y en la preparación de un referendo revocatorio de su mandato, que finalmente derrotó en 2004.

Con el apoyo de miles de especialistas cubanos que llegaron al país como parte de la alianza Caracas-La Habana, el mandatario lanzó el programa pionero Barrio Adentro para la atención primaria de salud en las zonas más pobres, y luego el plan de alfabetización Robinson.

Hasta su fallecimiento se aplicaron más de 30 misiones en áreas como salud, educación, alimentación, deporte, empleo, vivienda, agricultura y seguridad.

En principio los programas eran una "solución electoral para afrontar la situación adversa" del referendo revocatorio, pero luego se instauraron como el "brazo social" de la gestión de Chávez, dijo a la AFP la socióloga Yolanda D'Elia, consultora del Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales.

"Cuando el presidente lanzó las misiones estaba reconstruyendo una relación debilitada, de cercanía con la gente y su vida cotidiana", comentó a la AFP el director de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León.

Esa "reconexión elevó la popularidad del mandatario a máximos de 70%", agregó.

Al cabo de casi una década de su creación, durante la campaña con la que logró su reelección para un tercer mandato en octubre, Chávez celebró los programas porque ayudaron a "sacar de la miseria" a tres millones de venezolanos y se convirtieron en el "corazón" de su revolución bolivariana.

"Las misiones son un gran esfuerzo histórico. Las misiones sociales, socialistas, se han convertido prácticamente en el corazón del proceso bolivariano", expresó en un mitin, afirmando que dos tercios de los venezolanos se beneficiaron de alguna de ellas.

Así, la denominada "Gran Misión Vivienda", con la cual aspiraba a cubrir el déficit de tres millones de casas hasta 2019, se convirtió en su punta de lanza durante la última campaña.

Precisamente por su potencial electoral, el analista José Vicente Carrasquero estimó que cualquier sucesor de Chávez buscará mantenerlas.

"Mientras el precio del petróleo lo permita, el chavismo mantendrá las misiones. Es un asunto clientelar que durará y será potenciado, especialmente si hay nuevas elecciones a la vista", aseguró Carrasquero a la AFP.

Pese a que no existen datos contrastados sobre el impacto de las misiones entre los más vulnerables, según la CEPAL, la indigencia en Venezuela bajó de 21,7% en 1999 a 11,7% en 2012, y la pobreza pasó de 49,4% a 29,5% en igual periodo.

Los principales logros de los programas fueron la "inclusión de los pobres y la identificación de sus problemas, así como acercarlos a la participación en las políticas sociales", señaló a la AFP Luis Pedro España, catedrático de la Universidad Católica Andrés Bello.

A través de las ayudas sociales, miles de amas de casas pobres pudieron convertirse en microempresarias, juntas comunales fueron financiadas para montar negocios o cientos de campesinos comenzaron a producir en sus tierras.

Por ayudas como esas caló entre los pobres el discurso chavista de "amor al pueblo" y generó "esperanza" entre ellos ante la expectativa de llegar a beneficiarse, comentó León.

Se generó "un nexo simbólico-emocional y material" con los sectores populares, que no habían recibido asistencia de las instituciones, acotó D'Elia, subrayando que en los últimos años los beneficiarios de las misiones también respondieron con "lealtad al presidente".

Chávez asumió el poder en 1999 en una Venezuela riquísima en petróleo pero con la mayoría de su población en la pobreza. Así, su discurso se centró en "distribuir la riqueza petrolera" y a "gobernar para los pobres".

Precisamente con ese mensaje el mandatario creó junto a las misiones un muy criticado "mecanismo paralelo" al aparato estatal para disponer de forma "rápida" y "sin trabas burocráticas" de los recursos, relató D'Elía.

Gracias a los enormes excedentes de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), dado que el precio de la cesta venezolana se subestima en la preparación del presupuesto, Chávez pudo financiar las misiones sin la fiscalización de ningún organismo.

Únicamente en los últimos dos años, se destinaron unos 23.000 millones de dólares a las cinco 'grandes misiones' para la construcción de viviendas, los desempleados, los subsidios a madres y ancianos pobres y la reactivación de la producción agrícola, según el propio Chávez.

Pese al elevado gasto, las fallas en la gestión y su carácter puntual, individualizado y selectivo pusieron en duda su eficacia, según los expertos.

Las misiones "han sido un conjunto de acciones dispersas que a lo largo de tres o cuatro años funcionaron bien, pero que no eran un plan articulado y tenían un fin estrictamente político", dijo España.

Este sociólogo criticó además el carácter asistencialista y "clientelar" de esos programas, algunos de ellos reservados a militantes del oficialismo, que según él no resolvieron los problemas de fondo de la población más pobre.

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