AMÉRICA LATINA 2014 - 

Continuismo y problemas internos definen el orden político en Latinoamérica

Latinoamérica termina un año marcado por un intenso calendario electoral en el que siete países renovaron o mantuvieron a sus presidentes, y en el que los proyectos regionales continuaron pese a las diferencias y no se vislumbra aún a un líder regional, como en su momento lo fue Hugo Chávez.

La carrera electoral empezó en Centroamérica, donde El Salvador, Costa Rica y Panamá renovaron a sus mandatarios, contrario a lo que pasó en Suramérica, donde Colombia, Bolivia y Brasil apostaron por la reelección, mientras que en Uruguay ganó un expresidente del partido oficialista.

Sin grandes sorpresas, los electores latinoamericanos optaron, en su mayoría, por la izquierda o centro izquierda. En Costa Rica triunfó Luis Guillermo Solís, en El Salvador Salvador Sánchez Cerén, en Bolivia Evo Morales, en Brasil Dilma Rousseff y en Uruguay Tabaré Vázquez, mientras que la derecha se impuso solo en Colombia con Juan Manuel Santos y en Panamá con Juan Carlos Varela.

También en algunos países hubo elecciones legislativas y regionales, donde la tendencia fue contraria a los partidos de Gobierno que, pese a complicarle el panorama a los oficialistas, su capacidad no les dio para imponerse en los comicios, pero sí juegan y jugarán una parte importante en la toma de decisiones del Ejecutivo de turno.

"Es cierto que existen grados de insatisfacción debido a demandas ciudadanas no cumplidas (...). El electorado está optando no tanto por el cambio, sino por el cambio en la continuidad, ya que existe temor de perder el progreso y el consumo obtenido en los últimos años (...). Los programas sociales constituyen una poderosa arma que genera lealtad política y réditos electorales", señala en una de sus columnas el consultor político Daniel Zovatto.

Al igual que la política interna, la exterior también tuvo un papel importante, pero mucho menor a años anteriores, cuando estaban en consolidación proyectos regionales como la Alba y la Celac liderados por el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.

Con una clara disminución de los conflictos regionales, que para analistas se debió al calendario regional y a factores externos a la región como la crisis en Europa, el terrorismo y la pandemia del ébola, entre otros, Latinoamérica sigue su marcha y sin un consenso sobre un líder regional, que hasta el momento parece no necesitar.

"La región pasó este año por dos factores importantes, uno las elecciones, y dos la consolidación de otros proyectos regionales como la Alianza del Pacifico, que sin ser un contra peso a otros de origen político, ha demostrado que no se necesita de un líder regional para que un grupo de países se agrupe con un fin común para el desarrollo de sus economías", explica el analista Rodrigo Leal.

Las demandas sociales, la polarización política y el desarrollo de las naciones siguen siendo muy importantes en la conformación y en la distribución del poder y el manejo que se le dan a los recursos, como se demostró en el actual panorama electoral, en el que cada país eligió según sus necesidades y no influenciados por líderes regionales como en otros tiempos.

"Chávez fue sin duda en un momento de la historia de Latinoamérica de mucha influencia en la región, gozaba de un gran carisma y de un gran rechazo, su opinión era tenida en cuenta por el electorado fuera de su país, se podría decir que algunos mandatarios le deben su elección a él. Sin embargo, tras su muerte las cosas cambiaron y ninguno demostró tener su poderío y hasta ahora no se ha demostrado que se necesite de otro caudillo regional", dice Leal.

Hoy por hoy, los países definen sus agendas en términos económicos, los bloques regionales creados por afinidades políticas, como la Alba, la Unasur y la Celac, se consolidan y la Alianza del Pacífico gana adeptos.

Según Leal, esto demuestra que "la región ya superó la ausencia de Chávez y la política regional continúa desde la óptica de los nuevos liderazgos, que pese a no contar con el peso de Chávez, en conjunto han mantenido una tranquilidad en la región, sin grandes roces diplomáticos".

Ahora, la dinámica regional tiende a centrarse en lo que le afecta en conjunto al continente, como ocurrió en la reciente reunión de la Alianza Para los Pueblos de América (Alba) para buscar una respuesta común a la pandemia del ébola, como también lo hizo la Unasur.

La región también está más enfocada en sus problemas internos y en resolverlos, como del proceso de paz en Colombia con las FARC o la violencia del narcotráfico en México, y en los diferendos sobre las fronteras, como son los casos de Bolivia y Chile o Colombia y Nicaragua.

En 2015 la cita en las urnas es en Argentina, donde el panorama es incierto dada la fragmentación del kircherismo y los problemas que enfrenta actualmente el Gobierno de Cristina Fernández, además de sus recurrentes problemas de salud.

FUENTE: EFE