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Alemania siguió durante meses a Anis Amri, de quien revela consumo de drogas

Un nuevo informe del Gobierno alemán muestra al presunto autor del ataque de Berlín, Anis Amri, como un consumidor de drogas duras y reconoce que fue detectado al poco de llegar al país por las fuerzas de seguridad, que en varias ocasiones sospecharon de su intención de perpetrar un atentado.

Esto se desprende del documento presentado hoy en la Comisión de secretos oficiales del Bundestag (Cámara Baja alemana), en el que se apunta que Amri consumía drogas como cocaína y extasis, que Marruecos alertó sobre sus planes, que se le llegó a relacionar con un asesinato y que consiguió armas "sin problemas".

Este texto, enviado por los ministerios de Interior y Justicia, recoge de forma cronológica todas las ocasiones en las que los organismos del Estado, desde la Oficina para las Migraciones y los Refugiados (BAMF) a la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) -el espionaje interior- trataron el caso del presunto terrorista que mató a doce personas el 19 de diciembre.

El informe abre varios interrogantes sobre las decisiones tomadas por las fuerzas de seguridad, ya que, por ejemplo, tras suspenderse la vigilancia sobre el tunecino el pasado septiembre, se le inscribió como "combatiente extranjero" en la base de datos INPOL de la policía alemana y se informó de ellos a los países del espacio Schengen.

Según ese relato, Amri solicitó asilo en julio de 2015 y cuatro meses después ya había sido detectado por las fuerzas de seguridad porque, según un infiltrado del espionaje alemán, había anunciado su intención de "hacer algo" en Alemania.

Para diciembre ya se había aclarado su identidad -pese a que él se había presentado con documentos falsos en varias administraciones- y se tenía constancia de que planeaba un robo en Berlín.

En febrero de 2016 se habla por primera vez de él en el Centro Conjunto de la Lucha Antiterrorista (GTAZ) y se descarta que sea un peligro inminente, pese a lo cual las fuerzas de seguridad en Renania del Norte-Westfalia lo clasifican días después como "peligroso".

Entre febrero y marzo Amri es seguido por las fuerzas de seguridad durante varios días, pero esta investigación no aporta ninguna prueba que permita llevarlo ante la justicia.

Pocos días después se abre una investigación en su contra por su presunta participación en un asesinato y a principios de abril se le empieza a seguir y se pincha su teléfono, investigación que se mantiene hasta septiembre.

En este período un infiltrado de los servicios secretos, identificado con el código VP-01, traba relación con Amri y da cuenta de su actividad a las autoridades alemanas.

En octubre llega un aviso de las autoridades marroquíes, que hablan de Amri como de un miembro de Estado Islámico (EI) que dirige un "proyecto" en Alemania, pero en noviembre el GTAZ determina que no hay elementos para calificar de peligroso al tunecino.

Tras la sesión extraordinaria de la comisión de secretos oficiales, varios parlamentarios expresaron sus dudas sobre la actuación de las fuerzas de seguridad.

"¿Cómo puede ser que dos días después de la advertencia de los servicios secretos marroquíes se dejase de seguir su teléfono? No me parece razonable. ¿Dónde fueron a parar las informaciones? ¿Quién tiene la responsabilidad?", preguntó el vicepresidente de la comisión, André Hahn, del partido de La Izquierda.

Otros miembros de la comisión destacaron que, a pesar de que se abrieron contra él varias investigaciones por distintos delitos, ninguna prosperó.

El presidente de la comisión, Clemens Binninger, aseguró que "no será posible responder a todas las preguntas", pero confió en que la comisión sea capaz de aclarar parte del mayor atentado yihadista en territorio alemán.