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Análisis: Muerte de Kim deja negociaciones nucleares en el limbo

WASHINGTON ( AP ). La muerte del líder norcoreano Kim Jong Il podría frenar en seco las negociaciones para que el reservado régimen comunista renuncie a su programa de armas nucleares.

Kim Jong Un, sucesor y tercer hijo del fallecido líder, seguramente no adoptará actitud alguna que pueda ser considerada como debilidad en pos de consolidar su poder.

Incluso antes de la muerte de Kim Jong Il, Estados Unidos y otros dijeron que consideran la transición un momento peligroso, ya que Kim Jong podría intentar demostrar sus credenciales de liderazgo con aventuras marciales y provocaciones, como un ataque a Corea del Sur o una prueba nuclear.

Kim Jong Un apareció por primera vez en público en septiembre de 2010, cuando su padre lo elevó a un cargo de alto rango. Una vez en el poder encarará un desafío formidable.

A medida que la autoritaria dinastía entra en su tercera generación, Corea del Norte tiene enormes dificultades para alimentar su propia población y no ha querido reformar su atascada economía.

Pese al aumento del comercio y cooperación con China, su principal aliada, el futuro de la nación comunista es muy sombrío.

" El escenario más probable para un colapso del régimen ha sido la muerte súbita de Kim (Jong Il). Nos encontramos ahora en ese escenario ", dijo Victor Cha, ex director de Asuntos Asiáticos del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos.

La reacción inicial de la Casa Blanca ante las informaciones de la prensa oficial de Corea del Norte sobre la muerte de Kim Jong Il de un ataque cardíaco fue resaltar la seguridad regional e insistió que Estados Unidos se mantiene en estrecho contacto con sus aliados, Corea del Sur y Japón.

" Seguimos comprometidos a fomentar la estabilidad en la península coreana y la libertad y seguridad de nuestros aliados ", dijo una declaración.

La Casa Blanca adoptó una actitud cautelosa con Corea del Norte en los últimos tres años, desde que Pyongyang se retiró de las negociaciones sixpartitas en 2009.

Poco después de anunciar su retirada, Corea del Norte realizó su segunda prueba nuclear. La primera tuvo lugar en 2006.

En 2010, un submarino surcoreano fue hundido y una isla surcoreana fue cañoneada por los comunistas en unos pocos meses, con un balance de 50 muertos, lo que creó una tensión que casi puso a ambas Coreas al borde de una nueva guerra.

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