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Autor ve gran significado en viaje de réplica del Amistad

CASA GRANDE, Arizona (AP). La llegada de una réplica del barco Amistad al puerto de La Habana tiene un gran significado porque es un recordatorio de los profundos lazos que unen a Cuba y Estados Unidos, según un editor y escritor que ha publicado libros sobre el tema.

Jay Fraser dice que le satisfizo saber que una réplica del barco del siglo XIX que simbolizó la lucha contra la esclavitud en Estados Unidos y el Caribe atracaría en La Habana y en otro puerto cubano como parte de una gira por la ruta de los esclavos.

"Este barco representa una historia compartida entre Estados Unidos y Cuba", dijo Fraser. "Si bien la esclavitud es un capítulo oscuro de nuestra historia, es algo que sucedió. Aquí y en Cuba (así como en las otras islas del Caribe). Esa historia es algo que tenemos en común y este acontecimiento vuelve a unir nuestras historias".

En 1839, el Amistad original, una goleta española, generó un entuerto internacional al zarpar de La Habana con africanos capturados en sus países de origen que iban a ser vendidos como esclavos en otras islas del Caribe. Los esclavos se rebelaron, asumieron el control del barco y navegaron a lo largo de la costa estadounidense. El barco fue finalmente detenido frente a Nueva York y los esclavos pasaron a ser un símbolo del movimiento abolicionista. Su caso llegó a los tribunales y John Quincy Adams, un ex presidente estadounidense, arguyó que debían ser liberados porque habían sido traídos ilegalmente de Africa. En 1841 la Corte Suprema aceptó al argumento y los esclavos fueron liberados.

La goleta Freedom (Libertad), réplica del Amistad, es parte de las conmemoraciones de las Naciones Unidas del 25 de marzo, día de las víctimas del comercio de esclavos.

"El regreso del Amistad a Cuba es un gran acontecimiento porque enlaza esas historias", expresó Faser.

En su último libro, "The American Publisher: Paying the cost of corporatism and censorship for writing the truth about Cuba, Russia, and the war on terror", Fraser relata su visita a Cuba en 1998, como parte de una feria de libros estadounidenses. Dice que un libro que él había publicado, "Leave Me My Spirit: An American's story of fourteen years in Castro's prisons" (Déjenme mi espíritu: La historia de los 14 años de cárcel de un estadounidense en Cuba), escrito por Lawrence Lunt, fue prohibido por el gobierno cubano.

"Empaqué 100 ejemplares y los envié a Miami, de donde iban a ser transportados a Cuba. Nos habían prometido que serían exhibidos y luego donados a bibliotecas de La Habana", escribió Fraser en "The American Publisher".

Pero el libro nunca fue exhibido, a pesar de que otros libros enviados junto con "Leave Me My Spirit..." sí lo fueron.

Fraser dijo que perdió interés en la feria al enterarse de que no estaría abierta al público y no se exhibiría su libro, pues pensó que era un fraude. Aprovechó su viaje a Cuba para hacer turismo y hablar con los cubanos.

Visitó la casa donde Ernest Hemingway escribió varios de sus principales libros, incluidos "Por quien suenan las campanas" y "El viejo y el mar". La casa fue convertida en museo.

Un custodio le permitió visitar un sector cerrado al público.

Doce años después, Fraser le dedicó "The American Publisher" a ese guardián, "que me dejó ingresar al salón donde escribía Hemingway en La Habana, cuyo espíritu y valor nunca olvidaré, y a todas las personas del mundo que tienen el valor de escribir la verdad".

Fraser no pudo presenciar la llegada de la réplica a La Habana el jueves 25 de marzo.

"Pero sentí que estaba allí, en el muelle, viendo atracar al barco en 1839", expresó.