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Cierre del último restaurante de serpientes marca el fin de una era en Taipei

Yazhou Sherou Dian, el último restaurante que servía sopa de culebra en la calle Huaxi, llamada también "el Callejón de las Serpientes", cerró hoy sus puertas en Taipei, y con ello desaparece una de las más exóticas atracciones turísticas en la capital de la isla taiwanesa.

"El cierre de este símbolo de tradición deja un sabor agridulce, es como si acabase una época en Taiwán", dijo a Efe la profesora Florencia Huang, que participó en la ceremonia de clausura del histórico local, en la que reptiles vivos también fueron protagonistas.

Hace seis décadas el Callejón de las Serpientes, en el tradicional barrio de Wanhua, aglutinaba burdeles, artistas callejeros y restaurantes dedicados a este animal, al que iban familias con niños y también hombres en busca de compañía femenina.

El negocio de la prostitución, que tenía como principales clientes a soldados del ejército de Chiang Kai Chek, corría paralelo a los restaurantes de platos afrodisiacos como la sopa de serpiente o la carne de tortuga, recordó hoy el propietario del restaurante, Kuo Yi-chien.

El padre de Kuo era un gran experto en serpientes y tenía un orangután llamado A-bao, al que había entrenado para atrapar estos animales, y su época fue una época dorada para el negocio, pero ahora ya no es lo mismo.

"Con la mayor conciencia de protección de los animales, se prohibió ya hace años la matanza de especies protegidas y disminuyeron las visitas y el negocio del restaurante", agregó el dueño de Yazhou Sherou Dian, traducible como "Carne de Serpiente Asiática".

Durante la mejor época del Callejón de las Serpientes, desde 1970 hasta finales del siglo pasado, se ofrecían espectáculos de matanzas de culebras en la tarde noche, rememoró el manipulador de serpientes del restaurante, Hung Ting-fu, de 70 años, quien perdió dos dedos índice por picaduras de estos reptiles.

Muchos han pasado por el callejón para mejorar su piel y curar el asma, la diabetes, el dolor al orinar, enfermedades hepáticas o problemas oculares, entre otras dolencias.

"La piel se pone muy suave y mejora mucho, pero ahora ya no se podrá venir aquí para tomarla", lamenta Chang Mei-li, una señora de la tercera edad que se enorgullece de la piel de su rostro.

"Hace más de 20 años que no tomo sopa de serpiente, la última vez la preparó mi abuelo, en su casa, parece que este cierre marca el fin de una tradición", señaló Alice Lee, una empresaria de unos cuarenta años.

Ahora hay muchos productos cosméticos, pero el mejor modo para mantener la juventud siguen siendo los remedios tradicionales chinos, las comidas reconstituyentes, las hierbas medicinales, la limpieza de cutis con hilos y polvos, opina por su parte la dueña de un comercio cercano.

A la calle Huaxi no sólo llegaban taiwaneses sino también gentes de otras partes del mundo en busca de algo realmente exótico que contar a la vuelta a sus países de origen.

"Los turistas foráneos perderán una de sus visitas estrella en Taipei, con las escenificaciones de la matanza de serpientes y la degustación, o al menos visión, del licor y sopa, y habrá que contarles la historia sin verla", dijo la guía taiwanesa Ana Chang.

Tras el cierre del restaurante, en los mercados nocturnos de Taiwán se seguirán vendiendo preparados con la carne o sangre de serpiente, pero ya será más difícil el consumo de sopa con este reptil como ingrediente.

FUENTE: EFE