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Consternación y silencio en el mercadillo de Navidad de Estrasburgo tras el tiroteo

Puestos vacíos, calles desiertas y restaurantes con las persianas echadas. En solo unos minutos, el tiroteo que dejó al menos cuatro muertos y una decena heridos el martes por la noche en el mercadillo de Navidad de Estrasburgo, sumió al centro de la ciudad francesa en el estupor y el silencio.

"Estábamos en la plaza Kléber, eran alrededor de las 20H00 (19H00 GMT). Oí disparos y cundió el pánico, corrimos en todas direcciones", explicó Fatih. En su huida, vio a tres heridos en el suelo en una calle comercial, a unos metros del imponente árbol de Navidad iluminado, en pleno centro de la ciudad.

El atacante, de 29 años, accedió por el puente de Corbeau al centro histórico de esa ciudad del noreste de Francia, donde una treintena de casetas de madera, en las que se vende vino caliente y productos locales, atraen cada año a turistas de todo el mundo. Allí abrió fuego, en la calle Orfèvres.

Según el alcalde de la ciudad, el ataque dejó al menos cuatro muertos y una decena de heridos, tres o cuatro de los cuales, de gravedad.

El sospechoso, incluido en el fichero "S" ("Seguridad del Estado"), era conocido por delitos comunes y escapó tras ser herido por soldados de la operación Centinela (desplegada al día siguiente de los atentados de 2015 en Francia), que patrullan permanentemente por el centro histórico.

En solo unos minutos, la multitud congregada en las calles iluminadas de la ciudad alsaciana fue evacuada por las fuerzas de seguridad y el centro quedó acordonado y vacío de transeúntes. Solo unos cuantos despistados, que no se habían enterado de lo ocurrido, seguían deambulando, sorprendidos de que la fiesta, de repente, se hubiera interrumpido.

Militares armados, policías y vehículos de socorro no tardaron en llegar, mientras las fuerzas de seguridad pedían a los pocos peatones y a los residentes del centro de la ciudad que buscaran "refugio".

"Empezamos a ver policías con escudos, se desperdigaban, gritaban 'váyanse, váyanse', buscaban" al autor de los hechos, que había huido, indicó Faith, junto a unos amigos.

"Estuvimos confinados en un restaurante. El propietario recibió algunas instrucciones. Nos llevó al fondo de la sala. Apagamos todas las luces", contó Michèle, una funcionaria que estaba cenando en una calle cercana al lugar del tiroteo.

"Tiroteo en el centro de Estrasburgo. Les agradecemos que permanezcan en sus casas a la espera de aclarar la situación", tuiteó poco después de los hechos Alain Fontanel, primer adjunto de la alcaldía de la ciudad.

La plaza Kléber, en general muy bulliciosa a esa hora dos semanas antes de Navidad, de repente quedó desierta y silenciosa.

"Llevamos a todo el mundo abajo, al sótano. Están todos encerrados allí", explicó a la AFP Mouad, de 33 años, propietario de un restaurante en una calle aledaña, una hora después de los disparos. Al salir de su establecimiento, vio "a un hombre en el suelo, sangre y casquillos de bala".

Los clientes le dijeron haber "visto a alguien con un arma" corriendo. Frente al café "Les Savons d'Hélène", a una decena de metros de allí, un hombre yacía en el suelo, cubierto con una manta isotérmica y rodeados por sus allegados, mientras era atendido por agentes, constató un periodista de la AFP.

Fue rápidamente evacuado en una ambulancia, con el rostro ensangrentado. Los coches de la policía y las ambulancias no cesaban de afluir al centro de la ciudad, con las sirenas rompiendo el silencio.

Hacia las 22H30 GMT, un helicóptero sobrevolaba Neudorf, un barrio vecino en el que se habría atrincherado el atacante. Los habitantes seguían confinados en el centro.

La fiscalía de París abrió una investigación por "asesinato, intento de asesinato en relación con grupo terrorista y asociación de malhechores terrorista criminal".

FUENTE: AFP