La justicia estadounidense sentenció el viernes a 188 meses de cárcel a un mexicano que lideraba una "empresa familiar" que durante una década traficó jóvenes a Estados Unidos y las obligó a prostituirse.
Paulino Ramírez Granados, integrante de la red de tráfico sexual de su familia en Tenancingo, Tlaxcala (centro de México), fue condenado a 15,6 años de cárcel y cinco de libertad condicional por el tráfico sexual de mexicanas menores y mayores de edad que vivían en la pobreza en Estados Unidos, informó la fiscalía del distrito este de Nueva York en un comunicado.
"Durante años lloré en silencio. Llevo conmigo las cicatrices del abuso de cada día, pero no puedo seguir en silencio. Estoy aquí para que él no pueda forzar a otra mujer a la prostitución (...) Perdí los mejores momentos de mi vida", dijo ante el juez una de las víctimas, identificada como Jane Doe #1 porque su nombre ha sido protegida por la justicia.
El acusado, que se declaró culpable de los cargos en julio pasado, deberá pagar a Jane Doe #1 una compensación de 1,3 millones de dólares, ordenó la jueza Kiyo Matsumoto, a cargo del caso.
Ramírez Granados y varios de sus familiares traficaron a varias mujeres mexicanas al norte del Río Bravo entre 2000 y 2010 y, con "falsas promesas de romance y matrimonio", las obligaron a trabajar como prostitutas en Nueva York y otras ciudades, dijo la fiscalía.
Las víctimas eran blanco de violencia, amenazas y abuso sexual por parte de los acusados. Ramírez Granados dejó a una de ellas embarazada y luego amenazó con no dejarle ver al niño nunca más si no seguía prostituyéndose para él, detalló la fiscalía.
"Este proceso y esta sentencia representan el desmantelamiento de una organización familiar explotadora" de jóvenes mujeres con la meta de "llenarse sus propios bolsillos", dijo el fiscal Robert Capers.
Otros hombres integrantes de la familia Granados fueron acusados de pertenecer al mismo "negocio familiar" de tráfico sexual internacional en noviembre pasado.
En ese entonces, la fiscalía de Manhattan relató que generalmente las jóvenes eran primero aisladas de sus familias y llevadas a Ciudad de México, donde eran obligadas a prostituirse con entre 20 y 40 hombres por día en el barrio de La Merced, y eran golpeadas y abusadas.
Cuando eran traficadas a Estados Unidos, trabajaban en prostíbulos o con clientes en Nueva York, Nueva Jersey, Maryland, Virginia y otros estados del este del país.
FUENTE: AFP