MUMBAI(AFP). Las fuerzas de seguridad indias afirmaron, hoy jueves, haber liberado prácticamente uno de los dos hoteles que los islamistas mantenían ocupados en Mumbai, tras los ataques de la víspera en la capital económica de India que causaron al menos 125 muertos.
Un alto responsable policial precisó que la policía y los comandos del ejército estaban a punto de terminar su operación contra los islamistas atrincherados en el hotel Taj Mahal, donde sólo quedaba un hombre armado herido.
El director general de los Guardias de la Seguridad Nacional, J.K. Dutt, declaró a la cadena televisiva NDTV que en el Taj Mahal había "un terrorista herido. Creo que acabaremos la operación muy rápido".
La policía ya había señalado previamente que en el Taj Mahal no había rehenes.
Poco después, la agencia Press Trust of India anunció que en la operación policial en el Taj Mahal fueron arrestados tres extremistas, uno de ellos de nacionalidad paquistaní e identificado como Ajmal Amir Kamal, oriundo de la localidad de Faridkot (sureste).
Los arrestados son, además, militantes de Lashkar e Taiba, un grupo con base en Pakistán que en 2001 atacó el Parlamento indio, según fuentes oficiales indias citadas por la agencia.
Por su parte, otros responsables indios señalaron que los comandos del ejército proseguían con su operación cerca del hotel Oberoi/Trident, en cuyo interior aún permanecen clientes, algunos escondidos en sus habitaciones y otros mantenidos como rehenes por los asaltantes islamistas.
A lo largo de la jornada la policía había logrado sacar del Oberoi a 40 de las alrededor de 200 personas retenidas en ese hotel, entre ellas quince miembros de tripulación de la compañía aérea Air France y otros extranjeros.
Según testigos, los asaltantes retuvieron en su mayoría a ciudadanos británicos y estadounidenses. La embajada israelí en Nueva Delhi señaló que entre los rehenes hay entre diez y 20 israelíes.
Asimismo, siete de los rehenes retenidos por islamistas armados en un complejo residencial de Mumbai, en el que se encuentra un centro judío, también fueron liberados, anunció el jueves un responsable indio de seguridad al precisar que las fuerzas de seguridad proseguían con sus operaciones en esa zona. Estos hechos se produjeron al día siguiente de unos atentados perpetrados en Mumbai por hombres armados con fusiles de asalto y granadas que atacaron los citados dos hoteles y otros ocho lugares, entre ellos la estación ferroviaria central y un hospital.
Los atentados fueron reivindicados por un grupo islamista que se presentó como los Muyaidines del Decán, por el nombre de la meseta que cubre gran parte del centro y del sur de India.
Al menos 125 personas murieron y cerca de otras 300 resultaron heridas en los ataques y en los tiroteos que siguieron, según el último balance ofrecido el jueves por la policía.
Una decena de extranjeros figuran entre los muertos, entre ellos un japonés, un australiano, un británico, un italiano y un alemán.
En referencia a los autores de los atentados en Mumbai, el primer ministro indio, Manmohan Singh, declaró que llegaron "de fuera del país".
Poco después, el responsable de las operaciones en Mumbai, el general R.K. Hooda, afirmó que los asaltantes procedían "quizá de Faridkot, en Pakistán", el país vecino y eterno rival al que Nueva Delhi acusa a menudo de apoyar a los islamistas que atentan en suelo indio.
Inmediatamente, el ministro de Defensa paquistaní negó toda implicación en los sucesos de Mumbai.
"No dejamos lugar a dudas: Pakistán no está implicado", dijo Ahmed Mujtar en una entrevista telefónica con la AFP.
India sufre desde hace tres años cerca de un atentado por trimestre, si bien este ritmo se aceleró desde noviembre de 2007.
Los atentados de Mumbai han sido el tercer ataque reivindicado por islamistas desde septiembre. El 13 de ese mes, un primer ataque causó 24 muertos en Nueva Delhi y, el 30 de octubre, otro ataque en el estado de Assam (noreste) dejó 80 muertos.
Nueva Delhi acusa a menudo a los grupos islamistas basados en Pakistán de ser los responsables de esos ataques en su territorio. Las autoridades indias también acusan a Bangladesh, otro país musulmán vecino de India.
India y Pakistán, que son dos potencias nucleares y rivales desde su fundación, en 1947, iniciaron en 2004 un difícil proceso de paz.