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Emprendedoras negras se rebelan contra el racismo empresarial en Brasil

Combatir las "estructuras de influencia y poder" que "limitan la entrada y el mantenimiento" de personas negras en el mercado laboral brasileño es el principal objetivo de un nuevo movimiento liderado por emprendedoras afrodescendientes.

"Hoy sabemos cuáles son las marcas que actúan a favor del medioambiente, pero aún no sabemos cuáles son las que actúan a favor de la inserción racial en las empresas", explicó la fundadora del movimiento "Black Money" en Brasil, Nina Silva, en una entrevista con Efe.

En Brasil, los negros -un 54 % en una población de un total de unos 200 millones- mueven alrededor de 1,7 billones de reales (400.000 millones de dólares) al año, pero aún cobran unos 1.200 reales (250 dólares) por debajo de los trabajadores blancos.

Asimismo, representan el 66 % de los 13 millones de desempleados del país y tres cuartos de la población que figura en la franja de los 10 % más pobres.

"El racismo estructural consiguió disecar y marginar la población negra de una tal manera que no tenemos salud, educación, acceso al crédito y ni siquiera a una afectividad o salud mental", denunció Silva.

La empresaria, que ha trabajado como gerente de sistemas informáticos en grandes compañías, se decidió a lanzar el "Black Money" ("dinero en negro", en español), inspirado en un movimiento en Estados Unidos.

La iniciativa busca estimular el consumo y la prestación de servicios entre la comunidad negra, que históricamente ocupa la base de la pirámide en todos los indicadores socioeconómicos. La idea es que el dinero circule apenas por manos afrodescencientes el máximo tiempo posible.

A los críticos del proyecto, que suelen cuestionar si no se trataría de un tipo de segregación, el recado de Silva es alto y claro: "Racismo es estructura de poder y los negros no tenemos acceso a él. Yo no estoy quitando el poder a nadie simplemente porque nunca lo tuve".

"No hablo de meritocracia porque es una falacia (...) Mujeres no salen del mismo punto de partida que hombres, así como negros no salen del mismo punto que blancos, debido al contexto histórico" de Brasil, subrayó.

Elegida en 2019 como una de las 20 mujeres más poderosas de Brasil por la revista Forbes y una de los 100 afrodescendientes más influyentes del mundo, según la ONU, Silva vivió en carne propia el racismo desde que era niña.

"Toda vez que despuntaba en algo, las madres de los otros alumnos lo veían como una ayuda extracurricular de la escuela, porque yo era la única alumna negra", evocó la empresaria, nacida hace 36 años en una de las mayores favelas de Río de Janeiro.

Pese a su corta vida y aún en fase de implementación, el movimiento "Black Money" en Brasil ya ha cosechado expresivos logros en poco más de dos años.

Ha conseguido sociedades con empresas privadas de tecnología, asociaciones con expertos para impartir cursos de finanzas o consumo consciente y una amplia oferta de clases para la capacitación profesional de quienes anhelan inaugurar su propio negocio.

Así fue el caso de la ingeniera de producción Aira Nascimento, quien dejó su trabajo de más de una década en una multinacional para abrir su negocio propio.

"Siempre pensé que debería usar mis vivencias y mis dolores como mujer negra para ayudar a otros. Esas ganas de emprender viene de mi deseo de cambiar algo en el país", contó a Efe la empresaria, quien desde hace dos meses mantiene una casa de consultoría y formación de "mujeres periféricas" en Río de Janeiro.

Sin nunca perder la sonrisa, la fundadora de "Black Money" se dice optimista respecto al futuro, pese al "delicado" momento que Brasil atraviesa con la "falta de diálogo" y "políticas contra la diversidad" promovidas por el presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro.

"Yo digo que ese es el momento de trasgredir, más que resistir (...) De crear nuestras propias instituciones, ya sean financieras o educacionales, y crear alianzas para dentro de nuestras propias conjeturas", recalcó Silva.

FUENTE: EFE