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Florida: Jefe colombiano de la droga se declara culpable

TAMPA, Florida, EU ( AP ). Fabio Enrique Ochoa Vasco, un capo del narcotráfico colombiano considerado uno de los mayores contrabandistas de cocaína en el mundo, se declaró culpable de tráfico de drogas en tres casos federales.

Ochoa Vasco admitió su culpabilidad el miércoles en un acuerdo con la fiscalía, 20 años después de ser instruido de cargos por primera vez en Florida. Las autoridades le han descrito como el jefe de uno de los más poderosos cárteles basados en Medellín, y estaba fugitivo hasta que se entregó a inicios del año.

Como parte del acuerdo, el acusado cederá más de 15 millones de dólares en efectivo, propiedades y bienes adquiridos con las ganancias de la droga o usadas para facilitar el trabajo delictivo. Los bienes incluyen numerosas propiedades en Miami, además de Colombia y México, así como un avión en Venezuela y una isla en Colombia por valor de un millón de dólares.

" La búsqueda de Ochoa Vasco abarcó casi dos decenios y envía un mensaje a todas las organizaciones de narcotráfico de que sus líderes no pueden evadir juicio porque Estados Unidos no va a cesar de perseguirles hasta que los máximos jefes de los carteles estén en prisión ", dijo el fiscal federal A. Brian Albritton en una declaración.

De acuerdo con documentos de la corte, Ochoa Vasco, de 48 años, ha estado involucrado en el tráfico de cocaína a Estados Unidos desde Sudamérica desde al menos 1978. Diez años más tarde se volvió jefe de su propia organización de narcotráfico, transportando cocaína en embarcaciones rápidas y barcos pesqueros a través del Caribe y el Océano Pacífico a Centroamérica.

Desde allí, las drogas fueron llevadas a Estados Unidos.

Documentos del tribunal señalan que la organización tenía contactos con figuras políticas y del orden en Colombia y conseguía que le asistiesen en el contrabando.

Ochoa Vasco fue instruido de cargos inicialmente en Miami en 1989 y nuevamente en otro caso un año más tarde. En el 2004, fue instruido por un jurado investigador federal en Tampa.

Las autoridades ofrecieron una recompensa de cinco millones de dólares por su captura, y negociaron su entrega en este año. Enfrenta una sentencia obligatoria mínima de 10 años de cárcel y máxima de prisión perpetua.

Como parte de su acuerdo con la fiscalía, el capo acordó cooperar plenamente con Estados Unidos en su investigación y enjuiciamiento de otros individuos y declarar en la corte.

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