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Francia inicia el desalojo de 6.000 migrantes en Calais

Migrantes con sus vidas en pequeñas bolsas caminaban en fila el lunes hacia un centro de registro en la ciudad portuaria francesa de Calais, en el primer día de una campaña masiva de evacuación y de destrucción del sucio campamento donde vivían.

Las autoridades francesas iniciaron la compleja operación, sin precedentes en Europa, para clausurar el campamento improvisado donde vivían miles de personas que hicieron peligrosos viajes para huir de guerras, dictadores o pobreza extrema y que soñaban con labrarse una vida en Gran Bretaña.

Bajo la mirada de 1.200 policías, los primeros de varios cientos de autobuses llegaron para empezar a transferir a los migrantes a centros de recepción en toda Francia, donde podrán pedir asilo. Se espera que la operación para vaciar el campo dure una semana. Entre los edificios que servirán como centros de recepción hay hoteles e incluso castillos, convertidos en alojamiento para migrantes antes del gran traslado.

En el campo viven casi 6.500 migrantes que quieren llegar a Gran Bretaña, según las autoridades. Grupos humanitarios elevan la cifra a más de 8.300.

La dura realidad del traslado se hizo evidente el lunes para los residentes en el campo. Algunos se alegraban de marcharse, otros se sentían confundidos o conmocionados.

Imran Khan, un afgano de 35 años, corre riesgo de expulsión si acepta el plan francés de trasladarlo a un centro de recepción, porque le tomaron las huellas dactilares en otro país europeo. Según las normas europeas, debe ser devuelto al país donde se registró por primera vez. "Mañana decidiré" qué hacer, señaló.

Khan live en una tienda sucia, una de las cientos que se espera sean destruidas para final de la semana conforme se marchan sus ocupantes, cerrando de forma gradual el campamento que comenzó tras un albergue oficial que alojaba a mujeres y proporcionaba duchas y comidas diarias.

Los menores no acompañados, muchos de los cuales tienen familiares en Gran Bretaña, serían alojados en barracones en el lugar establecidos este año mientras Londres estudia sus casos para determinar si cumplen los requisitos para ser trasladados al otro lado del canal de La Mancha. En el campo hay 1.291 menores no acompañados, según la organización humanitaria France Terre d'Asile.

Daniel, eritreo de 16 años, se dirigía al centro de registro con su primo, también un menor no acompañado. "No estoy contento porque cuando se haya acabado 'La Jungla', quiero ir a Gran Bretaña", dijo.

Lleva ocho meses en Calais y dijo que, como otros residentes en el campo, ha intentado todos los días saltar a camiones que viajan hacia Gran Bretaña atravesando el canal de la Mancha. "No quiero Francia", insistió.

Catorce migrantes han muerto este año en la zona de Calais.

El campamento irregular comenzó a levantarse hace 18 meses y hasta ahora había sido tolerado, aunque no recibía casi ayuda del estado. Grupos humanitarios y cientos de voluntarios británicos han facilitado las necesidades básicas. El asentamiento se convirtió en una barriada donde estallaban tensiones, se forjaban amistades y los contrabandistas prosperaban.