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Gran cantidad de estudiantes chilenos inician año escolar

SANTIAGO DE CHILE (AP). El centenario liceo Manuel Barros Borgoño, uno de los establecimientos emblemáticos de esta capital, permanece cerrado y su fachada de ladrillos rojos incólume, pero en el interior por lo menos 11 de 20 salas quedaron inutilizadas por el devastador terremoto del 27 de febrero y sus 2,000 alumnos no saben dónde continuarán sus estudios.

Pero en otros colegios capitalinos las clases comenzaron con retraso de una semana el año escolar debido al terremoto, en tanto que en otros se iniciaron las reparaciones o se esperan estudios de expertos que determinarán si están inutilizables.

La ministra de Educación, Mónica Jiménez, informó que el 80% de los estudiantes, más de dos millones, de las regiones menos afectadas comenzaron este lunes las clases. Mientras que en las dos regiones más dañadas por el terremoto y tsunami el inicio de las clases será progresivo porque algunos locales están sirviendo de albergues.

En la región metropolitana de Santiago el gobierno informó que sólo un millón de los 1,4 millón de los estudiantes de enseñanza básica y media pudieron iniciar sus estudios.

En la comuna de Santiago, que comprende el sector céntrico de esta capital, el alcalde Pablo Zalaquett informó que sólo 14 de sus 45 establecimientos educacionales municipales pudieron funcionar normalmente.

En el liceo Barros Borgoño un grupo de alumnos y padres acudió hasta sus cerradas puertas en busca de información, pero nadie los atendió. Mauricio Atenas y Diego Villa, dos muchachos de 17 años del último año de la enseñanza media, están preocupados por el comienzo de las clases. Un cartel colgado de un árbol dice que "la fecha de inicio de clases se avisará oportunamente". El presidente del centro de alumnos, Nicolás Núñez, dijo, tras participar en una reunión con los directivos del colegio, que "aparentemente no tiene daños estructurales, pero presenta trizaduras y con las réplicas se puede tornar peligroso y no resistir. No sabemos qué va a ser de nosotros". En algunos colegios dañados el alcalde capitalino Pablo Zalaquet dispuso que compartan aulas con establecimientos no afectados.

En el liceo Andrés Bello, de la populosa comuna de San Miguel al sur de la capital, su director Alejandro Jara dijo que el lunes 15 comenzarán las actividades. "El liceo no sufrió daños considerables, pero la escala al tercer piso tiene trizaduras que los técnicos deberán analizar y determinar si se puede usar. No nos afectarán en todo caso pues ahí funcionan las salas de computación, de artes y otras que no se usan para las clases".

En el liceo experimental privado D'Mistral, cientos de niños hacían filas para entrar a clases. Juan Carlos, de 9 años, alumno de tercero básico, comenta "que no tenía ganas de volver a clases, porque me aburro y en la casa jugaba".

En el colegio de enseñanza básica Blas Cañas, de una congregación religiosa dependiente del arzobispado de Santiago, Juan Ignacio, de 7 años, alumno de primer año, está ajeno al terremoto y espera ansioso que su madre lo vaya a retirar. El colegio sólo sufrió la quebrazón de una docena de vidrios y está en condiciones de comenzar las actividades escolares.

La profesora de segundo año básico, Karina Valencia, informa que académicos de la universidad Monseñor Raúl Silva Henríquez instruyeron a los maestros y funcionarios cómo enfrentar la situación derivada del terremoto.

"Nos dieron algunos instrumentos de cómo enfrentar los efectos del sismo en cuanto a permitirles a los niños que se expresen, que no se cohiban. Pero por lo visto hoy los niños comentaron el terremoto, aunque no fue un tema tan relevante en sus expresiones y no mostraron estar asustados", dijo la maestra.