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Harper inaugura cumbre sobre salud materno-infantil en países en desarrollo

El primer ministro canadiense, Stephen Harper, inauguró hoy en Toronto (Canadá) una cumbre internacional de tres días sobre salud materno-infantil en los países en desarrollo con un coloquio público con el presidente de Tanzania, Jakaya Kikwete.

La reunión, a la que asistirán, entre otras personalidades, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la reina Rania de Jordania y el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, es fruto de la llamada Iniciativa Muskoka, lanzada en la Cumbre del G8 de 2010, celebrada en Canadá.

El ministro de Desarrollo Internacional de Canadá, Christian Paradis, aseguró durante la apertura de la cumbre en Toronto que la Iniciativa Muskoka "ha prevenido la muerte de 2 millones de niños" gracias a campañas de inmunización.

El objetivo de la cumbre, denominada "Salvando a cada mujer y a cada niño", es reducir el número de recién nacidos que mueren poco después de nacer y que se cifra en 3 millones de niños al año.

Hace cuatro años, Canadá se comprometió a destinar unos 2.850 millones de dólares para mejorar la salud materna e infantil en los países más pobres del mundo.

Pero el desembolso de ese dinero y la cumbre de Toronto han sido objeto de críticas en las últimas horas.

La doctora Janet Smylie, investigadora de una de las principales instituciones hospitalarias de Toronto, declaró este miércoles en la cadena de televisión CTV que, aunque aplaude el liderazgo de Canadá en la lucha contra la mortalidad materna e infantil en los países en desarrollo, Canadá está ignorando sus problemas internos.

Según Smylie, la mortalidad infantil entre los indígenas canadienses es el doble de la del resto del país y la cifra es cuatro veces mayor entre los inuit que habitan las regiones árticas de Canadá.

Por su parte, Stephen Lewis, que en el pasado fue el enviado especial de la ONU en la lucha contra el VIH/Sida en África, criticó la falta de transparencia de Canadá en el desembolso de dinero al que se comprometió durante la Cumbre del G8.

Lewis dijo que el Gobierno canadiense no ha detallado sus desembolsos y que, a pesar de lo sugerido por Harper y su ministro de Desarrollo Internacional, la reducción de la mortalidad infantil registrada en los últimos años no puede ser atribuida a las acciones del Ejecutivo.

A estas críticas se añade la aparente falta de organización de la cumbre. Hasta hoy, los organizadores no fueron capaces de proporcionar una agenda detallada de la cumbre o una lista completa de los participantes en la reunión, en la que destaca además la práctica ausencia de los países latinoamericanos.