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Jalapeños, nueva clave en investigacines de salmonela

WASHINGTON (AP). Súbitamente, los investigadores encontraron nuevas pistas en un caso que parecía estancado y causaba enormes perjuicios a los productores de tomaes mexicanos. Varias personas habían contraído salmonela en un restaurante de Minnesota, a más de 1,600 kilómetros (mil millas) del sector del país donde se produjo el principal brote.

El administrador del restaurante aseguró que los tomates no podían ser la fuente del brote, como se había especulado, porque estaba usando partidas frescas que habían sido aprobadas por el gobierno y algunos enlatados. Pero muchos platos de su menú contenían chiles jalapeños, que pasaron a ser un elemento clave en la resolución de un misterio que no se había podido resolver durante dos meses.

Una investigación reveló que casi todos los clientes que contrajeron la enfermedad habían comido platos con jalapeños. Y se determinó además que esos chiles provenían de un puñado de granjas de México.

El cargamento de una de esas granjas había pasado por el mismo depósito de McAllen, Texas, donde semanas después las autoridades hallaron un pimiento mexicano contaminado.

¿Cómo se explica que los investigadores de Minnesota hayan determinado en pocos días que el origen del brote eran los jalapeños si las autoridades federales llevaban semanas tratando de confirmar que los tomates eran la causa del mal?

"A esta altura ya se dudaba de que los causantes del brote fuesen los tomates", expresó Kirk Smith, del Departamento de Salud de Minnesota.

Los investigadores federales, por otra parte, dicen que los hallazgos de la gente de Minnesota llegaron justo cuando ellos recibían información de dos restaurantes de Texas que decían que los jalapeños podrían ser los causantes del mal.

"Nuestra investigación fue la primera que indicó que los jalapeños específicamente eran los causantes, no la salsa", dijo Smith.

Todavía no se sabe si el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CCPE) se apresuró al declarar a los tomates como el origen del brote a principios de junio, con el consiguiente perjuicio para los productores, incluidos muchos mexicanos.

"No podemos decir que cometieron un error por ahora", manifestó Michael Doyle, especialista en alimentos de la Universidad de Georgia. "Si uno observa los primeros estudios, los tomates estaban bien alto en la lista" de posibles causantes del mal, agregó.

David Acheson, experto en salubridad alimentaria de la Administración de Drogas y Alimentos, dijo a la AP que hay que ver si se pueden mejorar los métodos de control. ¿Funcionó todo bien? No digo que no, pero la pregunta es válida".

De un modo u otro, la forma en que la gente de Minnesota resolvió su brote, comparando rápidamente los casos individuales y luego investigando la cadena de abastecedores, ofrece buenos ejemplos a un sistema de salubridad que debe lidiar con brotes cada vez más complejos originados en productos contaminados.

"Hay que poner todo esto en perspectiva y ver qué se hizo bien y qué se hizo mal, así se pueden tomar medidas para prevenir brotes originados en los alimentos", expresó Michael Osterholm, especialista en enfermedades contagiosas de la Universidad de Minnesota.

Osterholm teme que esta experiencia haga que las autoridades sanitarias se muestren más reticentes a emitir alertas sobre productos contaminados en el futuro.

"Sería el peor legado que deja este episodio", indicó.

Los informes de que la salmonela había irrumpido en Minnesota comenzaron a circular el lunes 23 de junio, cuando ya se habían registrado cientos de casos en el resto del país.

El sistema de salubridad de Minnesota es distinto a los de otros estados. Si surge un brote, las primeras investigaciones las hace directamente la oficina central, no las oficinas de los condados. En los primeros cuatro días se reportaron cuatro casos y las autoridades de salubridad enviaron a expertos en epidemias a que entrevistasen a todos los afectados y les preguntasen qué habían comido en los días previos y dónde.

Para el domingo, dos personas habían mencionado al mismo restaurante y Smith pidió que se le preguntase a todos los demás afectados si habían ido a ese sitio. El lunes a la mañana, cuatro personas habían confirmado que habían comido allí. Hacia el mediodía, un experto en epidemias, Erin Hedican, visitó al restaurante.

Pronto encontró otros seis casos de contagio, empleados del lugar que habían comido allí. Eso implicaba que los trabajadores no eran los portadores.

Hedican y los administradores del restaurante analizaron todos los ingredientes usados en las comidas. Hedican preguntó si habían incorporado algún ingrediente nuevo recientemente y si habían cambiado de abastecedores. Investigó qué ingredientes habían recibido en los días previos al 14 de junio, cuando surgió el primer caso, y, usando como referencia los recibos de las tarjetas de crédito, se puso en contacto con otras personas que comieron allí pero no contrajeron el mal, para ver qué habían ingerido y descartar ingredientes.

El martes por la mañana, ocho días después de iniciada la investigación, un aderezo que contenía jalapeños encabezaba la lista de posibles causantes del brote. El jueves Smith ya tenía bastante certeza de que los jalapeños eran el origen del mal y se puso en contacto con las autoridades nacionales.

Paralelamente, Ben Miller, del Departamento de Agricultura de Minnesota, había estado estudiando los recibos de los abastecedores. Siguió una cadena de distribución y comprobó que los jalapeños habían sido entregados por una firma de California y otra de McCallen, que a su vez los habían importado de tres granjas en México.

Las fechas de los recibos permitieron descartar una de esas granjas. Ahora se espera que las autoridades nacionales confirmen que los jalapeños contaminados procedían de una de las otras dos.

Para el 8 de julio, el equipo de Minnesota encabezad por Smith había estudiado los caso de 19 clientes del restaurante que habían contraído el mal y 78 que no, y habían hecho una comparación estadística de los ingredientes que habían ingerido. Ese estudio indicó que había un 100% de probabilidades de que los intoxicados hubiesen comido jalapeños.

Al día siguiente, el Centro de Control de Enfermedades recomendó que se evitasen los jalapeños.