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Latinoamérica pide cambios en política antidrogas antes de reunión Nueva York

Numerosos países de América Latina, como Colombia, México, Ecuador y Uruguay, han pedido hoy cambiar el enfoque represivo de la estrategia mundial contra las drogas, antes de una crucial reunión sobre la materia en la Asamblea General de Naciones Unidas el mes que viene.

La Comisión de Estupefacientes de la ONU comenzó hoy en Viena una reunión para preparar el periodo de sesiones de la Asamblea General del 19 al 21 de abril, dedicado por primera vez en dos décadas a las drogas y que marcará la lucha global contra los narcóticos.

El director ejecutivo de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Yuri Fedotov, recordó que cada año casi 200.000 personas mueren por el consumo de estupefacientes y que el narcotráfico crea inestabilidad en regiones enteras, como América Central.

El narcotráfico supone más de 300.000 millones de dólares en beneficios para las organizaciones criminales, según datos de la ONU, lo que equivale al tamaño de la economía de un país como Egipto.

La gran mayoría de los países de América Latina y la Unión Europea (UE) piden -con diversos matices- cambios para dejar de lado las medidas más represivas, mientras que países como Irán, Singapur, China y la mayoría de las naciones asiáticas inciden en la mano dura.

"Sería una locura mantener inalterable la actual política contra las drogas, pensando que a través de ella vamos a conseguir mejores resultados que los hasta ahora alcanzados", declaró en su discurso el ministro de Justicia de Colombia, Yesid Reyes.

Citó incluso al físico Albert Einstein para decir: "Es una locura empeñarse en hacer siempre lo mismo esperando resultados distintos".

El ministro recordó que fue Colombia, junto a Guatemala y México, quien solicitó en 2012 revisar la actual política de drogas, que a su juicio se basa en "parámetros marcadamente represivos".

El subsecretario mexicano para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, Miguel Ruiz Cabañas, también demandó hoy "un enfoque integral y equilibrado más allá de los aspectos punitivos".

A su juicio, "la aplicación de penas desproporcionadas ha resultado en el castigo poco efectivo de los eslabones más débiles de la cadena", consideró el diplomático mexicano.

Para el secretario general de la Junta Nacional de Drogas de Uruguay, Milton Romani, "la guerra contra las drogas es una guerra contra los consumidores, una guerra contra las personas".

Según un reciente informe de la organización Harm Reduction International, el 83 % de los delitos relacionados con las drogas en el mundo se deben a la posesión de pequeñas cantidades, que en numerosos países se castiga con la cárcel.

Fedotov, director de la ONUDD, recordó que hay alternativas al encarcelamiento por delitos menores, lo que además evitaría que "individuos vulnerables en prisión fueran reclutados por criminales o incluso terroristas".

Además de despenalizar la posesión de pequeñas cantidades de drogas, numerosos países defienden la estrategia de "reducción de daños", como la entrega de jeringuillas limpias a heroinómanos para reducir riesgos, lo que disminuye las muertes y el contagio de la Hepatitis C, pero que países como Rusia o China rechazan de plano.

En la reunión de Viena los 53 países de la Comisión de Estupefacientes van a tratar de consensuar un documento que sirva de base para el debate en la Asamblea General.

Una fuente diplomática explicó a Efe que la versión final de ese texto no se tendrá hasta comienzos de la semana que viene.

Otra fuente diplomática señaló que el texto lo elaborarán los 53 Estados de la Comisión, con la ausencia de numerosos países de África y el Caribe, que podrían presentar objeciones en Nueva York.

Entretanto, unas 200 ONG, entre ellas numerosas de América Latina, han criticado hoy la marcha del debate y que, a su juicio, en el borrador de ese documento ni se critique las actuales políticas ni se incluyan nuevas ideas.

Las ONG recuerdan que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, solicitó "un debate abierto y de gran envergadura, que considere todas las opciones disponibles".

La actual política antidrogas ha llevado, sostienen, a abusos de los derechos humanos, estigmatizar a los drogodependientes y a una oleada de violencia, corrupción y asesinatos relacionados con el narcotráfico.

"Al no abordar una crítica significativa, ni plantear ideas o formulaciones nuevas", señalan las ONG, se corre el riesgo de que el debate se convierta "en una costosa reafirmación de acuerdos y convenciones previas".

Estas organizaciones también critican el consenso para elaborar el documento en Viena, lo que permite que las propuestas "más innovadoras y vanguardistas" puedan quedar bloqueadas por "un puñado de países vociferantes y reaccionarios". EFE

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