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Madrid: esperan impacientes identificación de 153 muertes

MADRID (AFP). Tres días después de la tragedia, las familias de los 153 muertos en el accidente de avión del miércoles en el aeropuerto de Madrid esperaban impacientes y cansadas que los cuerpos sean identificados para poder regresar por fin a sus casas y enterrarlos.

El lento proceso de identificación, que hasta ahora ha permitido confirmar a cerca de un tercio --53 personas-- y que se prevé concluya el domingo, se debe a que la mayoría de los cuerpos quedaron carbonizados tras estrellarse el avión de Spanair nada más despegar y posteriormente incendiarse.

"Esperamos que nos entreguen los cadáveres a lo largo del día", "la prioridad nuestra es el reconocimiento de los cadáveres, que nos los entreguen, que los traslademos, que los podamos velar y que los podamos enterrar", resumió el canario Ismael Rodríguez a Radio Nacional de España.

Más de 200 familiares están alojados en un hotel cercano al aeropuerto de Madrid a la espera de que termine el proceso, arropados por 30 psicólogos de la Cruz Roja.

"Quieren que se identifique a los suyos cuanto antes para volver a sus casas. La gente tiene ganas de empezar el duelo" después de tres días de tensión, tristeza y cansancio, explicó a la AFP Olivia Acosta, portavoz de la Cruz Roja.

De los 153 muertos, 52 se identificaron a través de las huellas dactilares; la mayoría, 101, están carbonizados y su identidad debe confirmarse mediante pruebas de ADN realizadas a sus familias y cotejadas con las suyas.

Los forenses continuaban los trabajos en el tanatorio de La Almudena de la capital.

Dos hermanas de origen guatemalteco que fueron adoptadas por una pareja española no pueden identificarse mediante pruebas de ADN cotejadas con sus padres y sus identidades serán probablemente confirmadas por descarte, indicó el diario Público citando a fuentes del gobierno regional canario.

Los primeros identificaron fueron enterrados el jueves y viernes en varios puntos de España y los primeros restos mortales empezaron a llegar a las islas Canarias el viernes.

Casi la mitad de los fallecidos, 71, vivía en isla de Gran Canaria, donde el viernes se ofició el primer entierro y este sábado iban a ser despedidos dos jóvenes y una familia de cuatro miembros.

Un pueblo de la isla, San Bartolomé de Tirajana, espera la llegada de 13 cuerpos, mientras una escuela de Las Palmas de Gran Canaria anunció la muerte de 12 alumnos, profesores y padres, según el diario Canarias 7.

A medida que vayan identificándose más cuerpos, éstos podrían ser trasladados en aviones militares que puso a disposición el ministerio de Defensa.

Mientras, los 19 heridos se recuperaban en varios hospitales de Madrid: uno de los tres heridos muy graves salió de la extrema gravedad y tres abandonaron la unidad de cuidados intensivos.

Mientras, seguían barajándose varias hipótesis sobre la causa del accidente, aunque probablemente se deberá esperar para dentro de un mes el resultado de la comisión internacional que investiga los hechos.

El técnico que arregló la primera avería que tuvo el avión en un primer intento de despegue declaró el viernes ante la Guardia Civil que ésta se produjo "en el calentador de la sonda que mide la temperatura exterior y que no tuvo nada que ver con la causa del accidente", según El País.

A la vez van apareciendo más testimonios de heridos: la única miembro de la tripulación superviviente, Antonia Jiménez, se desperto atrapada entre dos asientos y con su cinturón aún puesto.

"A mi alrededor oía a gente que pedía ayuda. Gritaban pidiendo socorro y auxilio con voz desesperada, pero yo no podía moverme", relató al diario ABC.

Los familiares se reunieron el viernes con responsables de Spanair, a la que culpan de falta de información y de tardar en publicar la lista de pasajeros, pero tras un tenso encuentro desistieron de crear una asociación de víctimas.

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