MANAGUA ( AFP ). La policía de Nicaragua investiga la trata de niñas en las comunidades indígenas de la costa Caribe del país, las cuales serían vendidas por sus familias a narcotraficantes por unos cuantos cientos de dólares, informaron este viernes fuentes oficiales y ONGs.
La directora de la Comisaría de la Mujer en la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN), Carmen Poveda, manifestó que "no hay denuncias formales de familiares u otras personas, pero sí bastante información sobre esa situación y estamos investigando ".
La dirigente indígena Leduvina Uill relató a la AFP que hace pocos días intentó socorrer a una niña de once años que fue entregada por sus padres a un hombre a cambio de una vaca.
La niña, relata Uill, llegó a su casa durante la noche, llorando desesperada, y le pidió que la escondiera para evitar que sus padres la entregaran al desconocido.
" Yo la escondí en la casa y fui a buscar ayuda. Convoqué a una reunión de whitas (jueces), al consejo de ancianos para salvar a esa criatura (...) cuando regresé la niña ya no estaba. Se dieron cuenta los familiares y la capturaron ", relató Uill a la AFP.
Uill es miembro de la red de mujeres contra la violencia Wangki Tagni, de la Región Autonóma del Atlántico Norte (RAAN), habitada por aborígenes de la etnia miskita y se ha convertido en una de las voces que denuncian el inhumano comercio de niñas en esas comunidades.
El hombre que se llevó a la niña, al que no identificó por su nombre pero -según dijo- es hondureño, le ha mandado mensajes entre burlescos y amenazantes. " Sos muy huevona hablando por las mujeres ", le dijo en uno de ellos.
El jueves, la presidenta del Foro Permanente para Cuestiones Indígenas de Naciones Unidas, Mirna Cunningham, denunció ante la prensa que narcotraficantes y miembros del crimen organizado están comprando niñas de entre 13 y 15 años hasta por 2.000 dólares, aprovechando la pobreza de estas comunidades.
" Hay trata de niñas en todo el borde fronterizo de Nicaragua con Honduras en la región del Caribe (...) son comunidades bien alejadas donde tiene presencia el crimen organizado y el narcotráfico ", declaró Cunningham.
Organizaciones de mujeres como Wangki Tagni, que trabajan en las comunidades indígenas, denunciaron que el problema ha venido creciendo porque los familiares "practicamente están vendiendo a las niñas a los narcotraficantes que se las llevan a Honduras o no se sabe a que lado ".
La situación fue denunciada el jueves en un foro auspiciado por el poder judicial nicaragüense denominado Acceso a la Justicia de las Mujeres Indígenas y Afrodescendientes víctimas de violencia".
Las promotoras y líderes comunitarias como Uill están trabajando contra estos delitos pero "tienen celo, mucho miedo, mucha reserva de hablar porque son amenazadas" por los narcos, por eso no hay denuncias a las autoridades, indicó Cunningham.
Unas cien comunidades miskitas están asentadas a lo largo de unos 300 km de la ribera del río Coco, que corre paralelo a la frontera con Honduras en su salida al mar Caribe.
El caso es "gravísimo" y no se puede analizar fuera del contexto de extrema pobreza que viven esas comunidades que cada año son afectadas por inundaciones y pérdidas de cosechas, comentó Cunningham.
También hay coordinación con la fuerza naval del ejército para realizar patrullajes sobre el río y comunidades fronterizas para proteger a la población, indicó Poveda.