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Presentan querella contra dos sacerdotes chilenos por abuso y violación

Al menos cuatro exseminaristas presentaron una querella por abuso y violación contra dos sacerdotes de la región chilena de Valparaíso y contra aquellos que resulten responsables por encubrimiento, informó hoy la defensa de los querellantes.

Fuentes judiciales precisaron que uno de los curas, Jaime Da Fonseca, quien fuera párroco de la vecina localidad de Quilpué, ya fue sancionado por el Vaticano por los hechos.

El otro religioso, identificado como Humberto Henríquez, expárroco de la ciudad de Los Andes, está en proceso penal administrativo por parte de la Iglesia.

Los acontecimientos denunciados habrían sucedido en la década de 1990 y ambos acusados están relacionados con la formación de sacerdotes del Seminario Mayor San Rafael en Lo Vásquez.

Uno de los denunciantes por abuso sexual, Marcelo Soto, señaló también encubrimiento desde el Arzobispado de Valparaíso e indicó que el delito del que fue víctima ocurrió cuando era seminarista y estaba realizando labores pastorales.

Soto aseguró a los periodistas que había presentado la denuncia a las autoridades eclesiásticas, quienes le habían manifestado que buscarían una solución, pero que finalmente no hubo ninguna gestión para sancionar los hechos.

El abogado de los demandantes, Juan Pablo Hermosilla, dijo que la querella ya fue ingresada y busca sumar antecedentes a la investigación que lleva la Fiscalía Centro Norte sobre los abusos en la Iglesia católica chilena.

En marzo pasado, la Fiscalía Nacional de Chile confirmó que los investigados por casos de abusos sexuales en la Iglesia católica chilena aumentaron a 219.

De acuerdo con este registro sobre delitos sexuales contra niños, niñas, adolescentes y adultos, presuntamente cometidos por clérigos y laicos relacionados con la Iglesia católica, en la actualidad existen 158 casos abiertos y 241 víctimas, de las cuales 123 eran menores de edad al momento de cometerse los hechos, precisó el organismo.

El pasado 20 de febrero, el obispo Fernando Ramos, representante de la Conferencia Episcopal de Chile, aseguró que el abuso sexual "causa un dolor que afecta la vida completa de las personas" y también admitió que la Iglesia ha pedido perdón "porque realmente nadie tiene que vivir esto".

Reconoció que un delito de estas características es un hecho que marca a las personas, produce un daño enorme y "es aún más grave que el abuso sexual haya ocurrido en ambientes eclesiales, donde las personas deberían sentirse particularmente seguras".

En Chile, la Iglesia católica atraviesa una grave crisis por casos de abusos sexuales que han salpicado incluso a varios obispos.

FUENTE: EFE