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Protestas en Pakistán tras arresto de un sospechoso de los atentados de Bombay

Cientos de islamistas manifestaron este martes en Pakistán para protestar contra el arresto domiciliario de uno de los presuntos cerebros de los atentados de 2008 en Bombay, mientras Nueva Delhi exigía una acción "creíble" contra los grupos yihadistas.

Unas 300 personas desfilaron en Multan, en el centro de Pakistán, quemando banderas indias y acusando al gobierno paquistaní de haber cedido a las presiones de Estados Unidos.

Manifestaciones similares estaban previstas también varias grandes ciudades del país, entre ellas Islamabad, Karachi, Muzafarabad (Cachemira) y Lahore.

Hafez Saeed, detenido el lunes por la noche en una mezquita de Lahore y en arresto domiciliario, es el líder del grupo paquistaní Jamaat-ud-Dawa (JuD).

Fue puesto en "detención preventiva", indicó el ministro del Interior. Pero el sospechoso denunció una "orden de detención ilegal" y anunció que la recurrirá ante la justicia.

Jamaat-ud-Dawa se presenta como un organismo caritativo pero es considerado como una "organización terrorista" por Naciones Unidas.

Según Estados Unidos e India, sería la vitrina de Lashkar-e-Taiba, el grupo extremista responsable de los atentados de Bombay, que dejaron 166 muertos.

En 2012, Estados Unidos había ofrecido una recompensa de 10 millones de dólares por cualquier información que condujese a la detención o la condena de Saeed.

Sin embargo, este tenía libertad de movimiento en Pakistán, donde pronunciaba con regularidad violentos discursos contra India.

Su organización, Jamaat-ud-Dawa, disfruta de cierta popularidad en el país gracias a las ayuda caritativa que aporta a las víctimas de catástrofes naturales (sismos, inundaciones...).

Al otro lado de la frontera, el gobierno de Nueva Delhi reaccionó a la noticia de su detención pidiendo a Pakistán que luche de forma "creíble" contra los yihadistas.

Por su parte Amir Rana, analista paquistaní especializado en cuestiones de seguridad, atribuyó la detención de Saeed al deseo de Islamabad de evitar quedar aislado en la escena internacional y que se piense que juega un "doble juego".

"Había presión sobre la política exterior de Pakistán, en particular en lo que respecta a este grupo", explica. Pese a sus vínculos con medios yihadistas, el JuD se esfuerza por convertirse en un movimiento político, por lo que el riesgo de reacción violenta de sus partidarios parece reducido, subraya.