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Rebeldes filipinos buscan acabar con disputas por tierras

MANILA (AP). El grupo rebelde musulmán más grande de Filipinas ordenó a uno de sus comandantes que suspenda los ataques contra un líder guerrillero rival en un intento por terminar una disputa por tierras en el sur del país, informó el grupo el domingo.

El conflicto ha dejado al menos 14 combatientes muertos y ha desplazado a más de 3.000 personas.

Von Al Haq, un portavoz del Frente de Liberación Moro Islámico, que cuenta con 11.000 miembros, dijo que uno de los comandantes del grupo, Adzme Kasim, recibió la orden de suspender los ataques y tomar posición defensiva luego de una semana de enfrentamientos esporádicos en el poblado de Datu Piang.

Los soldados gubernamentales no intervinieron pero se mantuvieron en alerta.

El vocero militar regional, el coronel Prudencio Asto, indicó que 14 combatientes murieron en los choques, entre ellos seis del grupo de Kasim. Más de 3.000 pobladores huyeron de la zona de conflicto y muchos buscaron refugio en nueve edificios escolares que son resguardados por el ejército.

Este tipo de enfrentamientos violentos entre clanes, conocidos localmente como "rido", han agravado los temores en torno a la seguridad en el sur de Filipinas, que durante décadas ha sufrido rebeliones musulmanas.

El principal negociador del gobierno, Marvic Leonen, expresó su preocupación por los enfrentamientos entre rebeldes al interior del grupo insurgente moro, pues agregó que esperaba que los dirigentes de la guerrilla pudieran demostrar que pueden controlar a sus hombres.

Por otra parte, dos poderosas bombas fueron localizadas y desactivadas el sábado por soldados y policías cerca de un poste de energía eléctrica en el poblado de Guindolongan, cerca de Datu Piang, y en una terminal de autobuses de pasajeros en la ciudad de Tacurong, en la cercana provincia de Sultán Kudarat.

El director de la policía regional, Felicísimo Khu, afirmó que los informes de inteligencia indican que las bombas formaban parte de una estrategia de extorsiones que llevan a cabo los rebeldes musulmanes para exigir dinero a las empresas y al parecer no estaban relacionados con el enfrentamiento por tierras.