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Republicanos apoyan a inmigrantes del DACA y también a Trump

Anthony Pham llegó a Estados Unidos en 1982 proveniente de Vietnam y cinco años después adquirió la ciudadanía, cuando el presidente Ronald Reagan promulgó una ley migratoria que aceleró el proceso de legalización para millones de nuevos estadounidenses.

Ahora, como propietario de un negocio y republicano orgulloso en el conservador distrito legislativo número 10 del estado de Georgia, Pham ha manifestado su apoyo a la idea de mantener el estatus legal temporal para aquellos inmigrantes que llegaron al país de niños.

"Cuando ellos llegan de niños, pueden convertirse en ciudadanos estadounidenses si son buenas, no malas personas", opinó Pham sobre los casi 800.000 inmigrantes afectados por la decisión del presidente Donald Trump de eliminar el programa DACA, siglas de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, el programa puesto en marcha durante la presidencia de Barack Obama.

Hace unos días, Trump dio al Congreso un plazo de seis meses para acabar con el DACA. Pese a esto, Pham dice que lo que haga o no el Congreso no cambiará su apoyo hacia el presidente o su congresista local, el conservador Jody Hice, quien critica fuertemente beneficiar a los inmigrantes no autorizados con lo que él califica de "amnistía".

"Soy republicano. Estoy con el señor Trump", dijo Pham, sentado en la barbería que posee desde 1993 en el condado de Walton.

Su opinión hace eco de otros distritos legislativos republicanos y pone en evidencia el enigma político que enfrentan republicanos profundamente divididos, a quienes Trump ha pedido diseñar algún tipo de solución legislativa, dándoles un plazo en año electoral.

Los electores conservadores que son mayoría aquí y en otros distritos legislativos republicanos tienen varios grados de simpatía hacia los inmigrantes beneficiados por el programa de Obama y ahora afectados por la decisión de Trump, pero estos electores también están convencidos de que la inmigración no autorizada es un lastre para la oportunidad económica de los estadounidenses. Desean que el Congreso, donde los republicanos son mayoría, se ponga del lado de un presidente que _en opinión de ellos_ defiende a los trabajadores estadounidenses y el Estado de Derecho.

Para Troy Trantham, de 77 años, los inmigrantes se "llevan la mina" mientras los trabajadores estadounidenses "se quedan con el pozo", una aseveración que se escucha frecuentemente para referirse a los inmigrantes, en especial a los que llegaron sin permiso al país y que se benefician de servicios públicos sin pagar impuestos.

Frank Young, de 73 años, opina que "se están llevando los empleos estadounidenses".

"No hay una respuesta fácil si llegaron a los 6 años o incluso siendo bebés", comenta Gene Briscoe, un jubilado de 82 años que votó por Trump.

Briscoe y John Bramblett, de 74 años, dicen que han trabajado con muchos migrantes en el negocio de la construcción y saben que la agricultura local también depende de ellos. También conocen personas como Pham, que llegaron y se naturalizaron.

"Son buenas personas", dice Briscoe. Después de una pausa agrega: "llegaron legalmente".

FUENTE: AP

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