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Sobrevivientes de Ike serán evacuados de área devastada

GALVESTON, Texas, EU (AP). Cientos de sobrevivientes podrían ser obligados a evacuar una isla arrasada por el huracán Ike, informaron el martes las autoridades, mientras el presidente George W. Bush sobrevoló la zona en helicóptero e instó a los estadounidenses a donar dinero para ayudar a las víctimas.

Hasta ahora se han relacionado 47 muertes al meteoro desde el fin de semana pasado, cuando tocó la costa estadounidense en el Golfo de México. Ike dejó varadas más de 30,000 personas en los albergues y a otros dos millones de tejanos sin electricidad. Durante su paso por el Caribe, el huracán, cobró la vida de 80 personas.

Zonas como la isla arrecife Península Bolívar, al este de Galveston, prácticamente fueron borradas por la tormenta. Las autoridades indicaron que se pediría los sobrevivientes en la zona evacuar en los próximos días y se preparaban para imponer una ley marcial, de ser necesario, para desalojar la isla.

Bush, que causó indignación entre muchos estadounidenses por la reacción gubernamental durante el Huracán Katrina, que mató a 1,600 personas en el 2005, alertó contra la "fatiga de los desastres" que hace más lentas las donaciones cuando la necesidad es aún mayor.

El presidente realizó una inspección aérea del daño en su helicóptero, sobrevolando la costa de Texas. Desde las alturas pudo ver los hogares de los que sólo quedaban los cimientos, techos arrancados de los edificios así como caminos y playas cubiertos de escombros.

La siguiente parada del recorrido del presidente fue la isla de Galveston, que fue devastada cuando Ike tocó tierra el sábado como un huracán de categoría 2 con vientos de 177 kph (110 mph).

Tras una junta informativa breve en Galveston, Bush se retiró de Texas luego de pasar menos de tres horas en la región.

Las autoridades dicen que sin comida, gas y otros artículos de primera necesidad la vida en la isla es insostenible y todos ahí deben retirarse para que comience la recuperación. Los residentes podrían regresar eventualmente, pero deben hacerlo en buenas condiciones.

En la Península de Bolívar, Jim Yarbrough, juez del condado de Galveston, afirmó que hay un "grupo de resistentes" de 250 personas aproximadamente, que aún trata de vivir ahí, incluyendo algunos "ancianos que no piensan en irse".

La oficina del fiscal general de Texas analiza las vías legales disponibles para obligar a la salida de los residentes, dijo Yarbrough. Las autoridades locales afirman que están listas para hacer lo que sea necesario para llevar a las personas a un lugar seguro.

Mientras tanto, decenas de miles de residentes en áreas costeras de Texas deberán aguardar días o semanas para reanudar su vida normal, informaron las autoridades.

"Sería agradable un buen baño. Tal vez el departamento de bomberos podría regarnos con sus mangueras", bromeó Carlos Silliman, de 48 años, mientras estaba sentado en un banco de picnic frente a su hogar en la isla de Galveston, donde 46 centímetros (18 pulgadas) de agua inundaron su garaje y arruinaron una nevera repleta de carne de venado. "Tengo muchos deseos de beber una cerveza fría y leer el periódico", añadió Silliman.

Para muchas personas que sufrieron el embate de Ike, esos "lujos" están muy lejanos. Muchas estaciones de servicio se han quedado sin gasolina y algunas de las principales autopistas están sumergidas bajo el agua.

Las víctimas del Ike tienen que caminar kilómetros (millas) para llegar a centros de distribución, y cuando llegan, adquieren todo lo que pueden. En las primeras 36 horas tras el paso de la tormenta, se vendieron un millón de botellas de agua, un millón de comidas rápidas y 272,000 kilos (600,000 libras) de hielo.

Pero eso no es suficiente. Aquellos que despachan los camiones hacia centros de distribución esperan cuadruplicar el martes la cifra para los centros de suministro. Un centro de abastecimiento al norte de Houston atrajo el lunes a 10,000 personas que buscaban comida y agua. Las filas eran largas, pero la mayoría de las personas aguardaron con paciencia.

Marty Bahamonde, vocero de la Agencia de Administración Federal de Servicios de Emergencia, dijo que el objetivo es "que los centros de distribución nunca queden vacíos".

Las autoridades también trabajaban para evitar saqueos y robos. En Houston fueron detenidas 33 personas por violar el toque de queda que comenzó el domingo, informó el jefe de policía Harold Hurtt. Indicó que entre los detenidos hubo varias personas que viajaban en un automóvil robado que tenía en su interior numerosos objetos hurtados.