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Soldados ucranianos se rinden en un tenso cara a cara con milicianos prorrusos

Un cara a cara entre fuerzas prorrusas y ucranianas en el este del país se saldó este miércoles con un estrepitoso fracaso para Kiev, con la rendición de soldados ante los milicianos, que les arrebataron varios blindados.

El incidente ocurrió a poca distancia de una ciudad clave en la crisis, Slaviansk, en víspera de una reunión en Ginebra para hallar una solución diplomática al conflicto.

La OTAN anunció que desplegará nuevas unidades marítimas, aéreas y terrestres en los países miembros de Europa del Este, y advirtió que podría reforzar" estas medidas "de tipo militar" si la tensión en Ucrania no disminuye.

Estados Unidos reiteró el miércoles que está "preparando activamente" nuevas sanciones contra Rusia. El secretario de Estado John Kerry llegó por la noche a Ginebra donde se reunirá el jueves con sus colegas de Rusia, Ucrania y la Unión Europea.

"Estados Unidos y la Unión Europea quieren sentarse con Rusia y Ucrania para buscar las formas de lograr serenar la situación de seguridad", dijo Kerry.

En el terreno, la situación distaba de ser favorable para la operación "antiterrorista" que anunció Kiev.

Un cara a cara entre fuerzas prorrusas y ucranianas en el este de Ucrania se saldó este miércoles con un humillante fracaso para Kiev, con la rendición de soldados ante los milicianos, que les arrebataron varios blindados.

Una columna de la 25º Brigada Paracaidista ucraniana fue rodeada por manifestantes y hombres armados en Kramatorsk, a pocos kilómetros al sur de Slaviansk.

Las discusiones duraron pocas horas, y al final los soldados aceptaron que los milicianos prorrusos desmontaran sus armas, a cambio de volver por dónde habían venido, sanos y salvos.

Seis vehículos blindados fueron decomisados por los milicianos, que están fuertemente armados pero que no tiene insignias. Los blindados fueron conducidos a Slaviansk, donde parte de la población los recibió como héroes, constató la AFP.

Algunos soldados ucranianos lloraron al entregar sus armas, mientras los civiles los aplaudían y les gritaban "¡bravo chicos!".

Uno de los activistas gritó que las armas "no serán utilizadas nunca más contra el pueblo".

Según Kiev y los occidentales, esos grupos armados, irónicamente llamados "hombres verdes" en Ucrania, son en realidad soldados de élite rusos. Acusación repetida el miércoles por los servicios de contraespionaje ucranianos, que consideran que son "los mismos agentes" que operaron en Crimea para poner esa península bajo control ruso en marzo.

Esos hombres tiene "órdenes de disparar a matar", aseguraron los servicios de seguridad (SBU) de Kiev.

El presidente Vladimir Putin ha negado en varias ocasiones todas esas acusaciones.

Uno de esos "hombres verdes" aceptó hablar con los periodistas bajo un seudónimo, "Balú". De unos 50 años de edad, el hombre aseguró que el grupo estaba integrado por voluntarios de Crimea o desertores del ejército ucraniano.

Centenares de habitantes de Slaviansk los recibieron en todo caso al grito de "¡el ejército está con nosotros!".

Aviones militares surcaron el cielo durante toda la jornada.

En Donetsk, una veintena de hombres armados y encapuchados entraron en el ayuntamiento. Desde el 6 de abril los separatistas ocupan la sede de la administración regional en esta ciudad.

En total los separatistas ocupan edificios públicos en al menos diez ciudades de la región.

Rusia tiene a cerca de 40.000 miles de hombres movilizados en la frontera con Ucrania, según la OTAN, que advirtió que reforzaría su presencia en el país en caso de escalada.

Desde que en febrero fue destituido el presidente prorruso de Ucrania, Viktor Yanukovich, y fue sustituido por un gobierno prooccidental, la tensión ha ido creciendo en el este del país, donde Rusia prometió hacer "todo lo posible" para proteger a la población rusohablante, mayoritaria en la zona.

Arseni Yatseniuk, primer ministro interino de Ucrania, acusó a Rusia de estar construyendo un nuevo "muro de Berlín".

Rusia pide una "federalización" del país, que daría una gran autonomía a las regiones del este, pero Kiev rechaza esta solución por miedo a que sea el primer paso hacia una disolución del país.

El gobierno interino ucraniano, que tras la destitución de Yanukovich tiene la misión de organizar unas elecciones el próximo 25 de mayo, no ha logrado hasta ahora controlar la situación en un país de 46 millones de habitantes donde conviven ucranianos y rusos.

Paralelamente, la autoproclamada república de Transnistria, una región rusófona de la vecina Moldavia, que en 1990 declaró su independencia, pidió este miércoles a la Unión Europea que reconozca su secesión si quiere "estabilidad" en la región.

Esa secesión nunca fue reconocida por la comunidad internacional.

Siete países mediterráneos, entre ellos España, pidieron en una declaración conjunta que se evite "una escalada" militar y que Rusia "respete el orden internacional".

El Consejo de Seguridad fue nuevamente escenario de enfrentamientos este miércoles en torno a un informe de la ONU sobre los derechos humanos en Ucrania, que Moscú consideró sesgado y que Washington, Londres y París aprovecharon para llamar a Rusia a cesar su injerencia en Ucrania.

bur-so/neo/jz.zm/jmr.