Miles de taxistas bloquearon calles y avenidas de Sao Paulo el miércoles para protestar contra el servicio de transporte Uber.
La protesta se llevó a cabo antes de la segunda votación requerida en el concejo municipal de esta urbe de 12 millones de habitantes en torno a una medida que prohibiría que Uber opere allí. La oficina de prensa del ayuntamiento indicó que la votación no se realizaría antes de la noche del miércoles.
El alcalde Fernando Haddad tendría que ratificar la medida antes de que entre en vigor.
En la primera votación, realizada el 30 de junio, el concejo municipal voto 48-1 a favor de prohibir el uso de servicios basados en aplicaciones de smartphones, como lo es Uber. El ayuntamiento de Río de Janeiro prohibió que esa empresa opere allí, pero aún falta que el alcalde Eduardo Paes ratifique esa decisión.
A Uber se le ha prohibido operar en Brasilia y Belo Horizonte, las únicas otras dos ciudades donde está presente.
Si la medida entra en efecto, los conductores de Uber en Sao Paulo que no la acaten podrían ser multados con 1.700 reales (447 dólares) y serles confiscado su vehículo.
El servicio ha sido utilizado cada vez más desde la Copa Mundial de fútbol del año pasado, y muchos de sus automóviles están más limpios y nuevos que los taxis regulares. Los taxistas se quejan de que Uber es una competencia injusta porque sus conductores no tienen que pagar tarifas de la ciudad ni someterse a inspecciones oficiales.
Para evitar la expansión de esa empresa en otras partes del país, concejales de al menos otras 13 capitales estatales tienen iniciativas de ley pendientes de aprobación que prohíben el servicio.
En Maceió, capital del estado de Alagoas, en el noreste de Brasil, el concejal Galba Netto dijo recientemente a reporteros: "estamos tratando de evitar un problema futuro, porque la llegada de Uber a nuestra ciudad sería un desastre".
En su página de Facebook, Uber señaló que la gente que "cruza la ciudad todos los días tiene el derecho a escoger cómo viajará por las calles de Sao Paulo".