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Tribunal: China, sin base histórica en reclamo territorial

Un tribunal internacional decidió el martes por unanimidad que China no tiene base legal para su reclamación de derechos territoriales en gran parte del mar de la China Meridional. El fallo agravó la tensa disputa territorial sobre la amplia reclamación de China y la construcción de islas artificiales, que destruyeron arrecifes de coral y el entorno natural de las zonas en disputa.

El comité de cinco expertos legales de La Haya, que se pronunciaba sobre varios aspectos, concluyó por unanimidad que China había incumplido su obligación de no agravar la disputa mientras durase el proceso de arbitraje.

Además, el panel dijo que Beijing interfirió con la exploración filipina de petróleo en el Reed Bank, intentó impedir la pesca de embarcaciones filipinas dentro de la zona económica exclusiva del país y no impidió que los pescadores chinos faenaran en la zona económica exclusiva de Filipinas en el arrecife Mischief y el banco de Second Thomas.

Filipinas, que llevó la disputa territorial con China al Corte Permanente de Arbitraje de La Haya, celebró la resolución.

"Filipinas muestra un sólido apoyo a esta decisión histórica como una importante contribución a los esfuerzos en marcha para abordar las disputas en el mar de China Meridional", dijo el ministro de Exteriores del país, Perfecto Yasay, en declaraciones desde Manila.

El ministro se comprometió a buscar una solución pacífica a sus disputas territoriales con el gigante asiático. Beijing afirma desde hace tiempo que el organismo no tiene jurisdicción en el caso.

El veredicto es vinculante en los dos países, según un tratado de Naciones Unidas que ambos han firmado, pero no hay una agencia que vigile su aplicación ni un mecanismo para imponer su cumplimiento.

El tribunal también afirmó que cualquier derecho histórico que China pudiera haber tenido quedaría anulado si es incompatible con las zonas económicas exclusivas establecidas en un tratado de Naciones Unidas.

El comité criticó además a Beijing por construir una gran isla artificial en el arrecife Mischief, afirmando que había causado "un daño irreparable" al ecosistema del arrecife de coral y destruyó de forma permanente pruebas sobre el entorno natural.

Beijing trazó la llamada línea de demarcación para acotar su reclamación territorial sobre prácticamente todo el mar de China Meridional. Manila llevó el caso a los tribunales porque la iniciativa china incluye casi 200 millas de la zona económica exclusiva filipina.

Las aguas de la polémica acogen un tránsito comercial valorado en cinco billones de dólares al año, y donde hay abundantes caladeros de pesca y la posibilidad de encontrar petróleo, gas y otros recursos. El veredicto se conoce en medio de un refuerzo de la presencia militar estadounidense en la región.