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Vicepresidente dice que no quiere "generar inestabilidad" en Ecuador

El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, señalado de corrupción por opositores, aseguró este jueves que no aspira a la presidencia ni pretende generar inestabilidad, tras la larga lista de reproches que le lanzó la víspera al mandatario Lenín Moreno.

"Yo tengo claro mi rol, él es el presidente de la República. Y cuidado, hay algunas interpretaciones de que tengo aspiraciones oscuras en torno a este caso. Jamás yo desearé un cargo sin legitimidad popular", aseguró en una entrevista con un medio local.

"En lo personal no pretendo generar ninguna suerte de inestabilidad política. Sin embargo, creo que hay cosas que estamos a tiempo de comunicar transparentemente a la ciudadanía", agregó.

Glas, vicepresidente desde 2013, provocó el miércoles la mayor crisis interna en el movimiento izquierdista Alianza País, en el poder en Ecuador desde 2007, al publicar una dura carta contra el presidente.

Entre otras cosas, le reprochó una supuesta alianza con el entorno del destituido exgobernante opositor Abdalá Bucaram (agosto 1996-febrero 1997) y la entrega del control de los medios públicos a "representantes de los medios privados".

Asimismo, lo acusó de manipular "de manera perversa las cifras económicas" de la administración del expresidente Rafael Correa.

Según analistas, esta carta, en momentos en que Glas está siendo involucrado en varios casos de corrupción -entre ellos el que afecta a la constructora brasileña Odebrecht-, profundiza la pugna interna en el seno del oficialismo, entre los partidarios de Moreno y los de Correa, aliado de Glas.

El vicepresidente rechazó ante la prensa renunciar a su cargo y evocó la posibilidad de que el mandatario le retire algunas funciones, en represalia por sus declaraciones.

"Eso es una decisión del presidente. Si es así estaré con ustedes, con la ciudadanía, desde Alianza País, trabajando por mi pueblo", aseguró.

En el gobierno de Moreno, Glas está encargado del sector productivo y de la reconstrucción tras el potente terremoto que devastó la costa ecuatoriana en abril de 2016, que demanda millonarias inversiones.

Al ser un cargo de elección popular, el vicepresidente no puede ser destituido por el mandatario. La única vía para cesarle del cargo sería a través de un juicio político desde la Asamblea, que rechazó tal posibilidad hace dos semanas.

Glas, durante años responsable de los sectores estratégicos, es desde hace tiempo blanco de las críticas de la oposición, que le acusa de estar involucrado en el caso de Odebrecht.

FUENTE: AFP