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Un joven cazador de "radiaciones" provoca alerta terrorista en Bruselas

Un joven que "estudiaba las ondas y radiaciones" en la capital belga provocó el miércoles la movilización masiva de las fuerzas del orden en el centro de Bruselas durante cinco horas, según la policía.

Por la noche, la universidad de Gante (noroeste) explicó que el joven era en realidad un doctorando de nacionalidad iraní matriculado en su Facultad de Ciencias y que el incidente fue fruto sobre todo de un "problema de lengua": el joven se expresa corrientemente en inglés pero no habla francés ni flamenco.

Un portavoz de la universidad flamenca, citado por la agencia Belga, evocó un "desgraciado concurso de circunstancias" y explicó que el joven participaba en "una importante investigación para comparar las radiaciones en la ciudad y en el campo".

En principio, las mediciones se realizan con un instrumento que se lleva en la cadera, dijo el portavoz. "Pero en ese caso, el cuerpo humano perturba los datos. Por eso, el hombre trabajaba con un prototipo de instrumento de medición (...) en forma de una especie de chaqueta que lleva en su interior cables y baterías", según la misma fuente.

Su comportamiento levantó sospechas a primera hora de la tarde en un vigilante, que declaró a la policía haber visto a una "personas con un abrigo largo con cables que sobrepasaban" en el barrio de la Ópera Real de la Moneda, en el corazón de la capital belga.

Unos policías le apuntaron con sus armas y llamaron a las fuerzas especiales de intervención, el barrio fue acordonado, evacuados comercios y una biblioteca pública.

En una foto difundida por el diario La Dernière Heure, se puede ver al joven de rosillas en una acera con las manos en la cabeza.

Fotos difundidas en las ediciones digitales de otros diarios muestran a miembros de las fuerzas especiales que avanzan con prudencia, protegidos por un escudo, o a agentes fuertemente armados parapetados detrás de coches policiales.

"Luego el robot de los servicios de desminado constató hechos muy perturbadores y muy inquietantes" que hacían temer que "llevara encima explosivos", contó a la prensa un portavoz de la policía de Bruselas, Christian de Coninck

El joven tuvo un comportamiento "muy pasivo, muy sospechoso" ante los policías, añadió el portavoz. Según la universidad, disponía de un documento que certificaba su investigación.

A última hora, después de llevarlo detenido, la policía explicó que pudo comprobar que se trataba de un "estudiante que iba a estudiar las ondas y radiaciones en Bruselas".

Ante su actitud, considerada poco cooperativa, la policía "decidió presentar una denuncia para recuperar los gastos generados por la operación", indicó De Coninck.

Si el estudiante es declarado culpable de una infracción, la factura le puede salir muy cara por las cinco horas de movilización de numerosos policías municipales y federales, artificieros y socorristas.

Cuatro meses después de los atentados del 22 de marzo, que dejaron 32 muertos y más de 300 heridos en el aeropuerto y en el metro de Bruselas, y una semana después de la matanza del 14 de julio en Niza (84 muertos), los eventos previstos para la fiesta nacional del 21 de julio -fuegos artificiales, bailes populares, desfile militar- se han mantenido pero con unas medidas de seguridad reforzadas.

La evaluación de la amenaza se mantiene desde hace varios meses en Bélgica a nivel 3 en una escala de 4 (amenaza "posible y verosímil").

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