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¿Qué esperan los cubanos del sustituto de Raúl Castro?

Desde la inmensidad de los campos de tabaco, pasando por el mar Caribe y la diáspora de Florida, algunos cubanos dan testimonio de sus expectativas ante el primer relevo generacional en la isla en casi 60 años.

Tras 48 años de poder de Fidel Castro, fallecido en 2016, su hermano Raúl dejará la presidencia el 19 de abril, luego de liderar por una década una cauta apertura económica. Por primera vez en más de medio siglo un Castro no estará al frente del poder en Cuba.

Hijo de campesinos pobres a los que Fidel Castro entregó una parcela de tierra, Fernando Hernández ha pasado casi 40 de sus 50 años trabajando en los campos de Vuelta Abajo, donde se planta el mejor tabaco del mundo, en la provincia de Pinar del Río (extremo oeste).

"El tabacalero en estos tiempos, después de la revolución, es un beneficiado", reconoce este guajiro (campesino), pero se queja de la falta de equipos para trabajar. El nuevo gobierno debe "poner un poquito más la mano en los recursos", porque así "hubiera un poquito más de producción", dice mientras dirige la cosecha.

Hernández está convencido de que el actual número dos de Cuba, Miguel Díaz-Canel, de 57 años, será el sustituto de Raúl, porque es "una gente que está preparada".

No obstante, apuesta por el control de la vieja guardia. "Esos viejos tienen que estar ahí, aunque estén retirados tienen que estar mirando al nuevo", porque "lo que se ha logrado, no se puede perder".

Esmérido Morales, de 45 años, renunció a su empleo en una empresa de limpieza pública en la provincia de Matanzas, al este de La Habana, porque el salario no le alcanzaba para mantener a su familia. Ahora es pescador.

"El problema es que (los dirigentes) hablan muchas cosas, aquí, en Cuba (...) Todo es lindo, es bonito hablarlo, pero lo que queremos nosotros es que hagan, no que hablen", declara este mulato macizo y crítico del sistema indirecto de elección del presidente que rige en la isla.

"Hay que darle un chance a la juventud, porque todo no puede ser así: 'tú vas a ser el presidente'. Que lo diga el pueblo", insiste.

Morales confía en Díaz-Canel, una "persona estudiada" y que "tiene más chispa que Raúl", pero subraya que "lo fundamental es la economía, el salario que no da". El salario estatal mensual en la isla ronda los 30 dólares.

Con 57 años, Lázaro Bernal vive orgulloso de haber nacido y de trabajar como músico callejero en la provincia de Cienfuegos, la tierra del "Bárbaro del ritmo" Benny Moré, en el centro-sur de Cuba.

"La expectativa que tengo es que (el nuevo gobierno) siga haciendo revolución en Cuba, como lo ha dicho Raúl Castro, y lo ha dicho nuestro comandante Fidel Castro, ya fallecido", asegura este juglar.

Además, "como cubano, espero para el próximo gobierno que haya mejores desenvolvimientos (mejoría económica)" y "que Cuba siga siendo el país de la música".

Lisset Suárez, de 29 años, agradece la formación como bailarina de danza contemporánea que recibió en su natal provincia de Ciego de Ávila (centro) y que le ha permitido llevar su talento al extranjero.

"Como yo, muchos pensaron que (con) el recto de nuestro Raúl Castro las cosas como que no iban a funcionar", pero "en estos diez años de gobierno creo que hubo un poquito más de avance", reflexiona esta espigada joven, en plena preparación para una gira por China.

Sin embargo, en Ciego de Ávila "necesitamos mucha mejoría en transporte, vivienda, muy importante, y alimentación, que está perdida (escasa) y muy cara". "Espero que, de verdad, le den soluciones a los problemas. No que todo se quede ahí detrás del buró", concluye.

Maité Cruz tiene 22 años y cursa el quinto de la carrera de Economía en la Universidad de La Habana. Tan pronto defienda su tesis, esta joven delgada y conversadora hará un diplomado en Relaciones Internacionales.

Cree que el nuevo gobierno debe escuchar más a los jóvenes porque a veces "no se les tiene en cuenta", y acercarse más a la academia. "Los académicos estamos en eso, estudiando qué podemos hacer", apunta.

Asimismo, aboga porque continué el trabajo privado, "un motor impulsor" de la economía local y cuya extensión se ha visto limitada bajo el gobierno de Raúl Castro por "errores administrativos y organizativos".

En la historia reciente de Cuba siempre habrá un emigrado. Giovanni Bessada tiene 30 años y hace dos y medio que partió a Estados Unidos con su esposa mexicana. Es electricista naval, pero trabaja como mesero en Havana 1957, un bar emblemático de Miami Beach, en Florida.

Cuba "es un barco a la deriva". "No se trata de cambiar el presidente", sino de "poner nuevas personas dirigiendo el país para poder reparar todo el desastre, porque en Cuba nada funciona".

"En Cuba puedes estudiar pero todo está limitado, tienes un freno en todo lo que quieres hacer, no puedes desarrollarte como quieras. La peor pobreza que puede haber es la pobreza de sueños y de alma".

Siempre vestida de blanco, con sus collares de santería, una flor roja en la cabeza y un puro en la boca, Juana Ríos lleva 30 años leyéndole las cartas a los turistas en La Plaza de la Catedral de La Habana.

Después del 19 de abril, habrá en Cuba "paz, unión y tranquilidad, es lo que dicen las cartas". También "un poco de estancamiento, pero de eso se sale", alerta esta mujer negra y desdentada de 75 años.

"Vienen otros apellidos, pero espero que el que entre, tenga las mismas ideas que Raúl", dice Ríos, ferviente fidelista.

FUENTE: AFP

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