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La guerra trae a Ucrania un "supermercado" de armas ilegales

Un exsoldado ucraniano convertido en traficante de armas acepta un encuentro en Kiev, donde ofrece vender una pistola semiautomática Makarov por unos 160 dólares. Tras un regateo, rebaja el precio a 120 dólares. Dice que también tiene rifles Kalashnikov por menos de 400 dólares y que puede conseguir armas más pesadas, como lanzagranadas, si le dan un poco más de tiempo.

La guerra en el este de Ucrania contra separatistas respaldados por Rusia ha llevado a la proliferación incontrolada de armas en el país, y los expertos describen a Ucrania como un "supermercado" con millones de armas ilegales a la venta.

Desde el estallido del conflicto armado en 2014, la cantidad de delitos con armas de fuego se ha más que duplicado en Ucrania, un país donde la posesión de armas era antes muy poco común. Algunas de las armas se venden de contrabando fuera del país, destinadas a zonas de conflicto en Oriente Medio o a Europa, lo que agrava el temor a más atentados.

Andriy, el traficante de armas, combatió más de un año contra los separatistas en el batallón voluntario nacionalista Sector Derecho. Aceptó comentar el negocio de la venta ilegal de armas a cambio de que se le identificara sólo por su nombre, por temor a ser detenido. Si se le condenara por venta ilegal de armas podría pasar hasta cinco años en prisión.

Ahora que ha pasado lo peor de los combates en el este de Ucrania, Andriy explicó que un arma corta usada puede comprarse en la zona desde 20 dólares. "Pero desde el este, la carretera es larga y peligrosa", dijo, explicando el considerable aumento del precio en la capital, Kiev.

Es difícil determinar el volumen del tráfico porque Ucrania ha clasificado todos los datos sobre el comercio de armas ilegales. Sin embargo, los guardas fronterizos de Ucrania suelen informar de intentos frustrados de sacar armas del país de forma ilegal. En uno de los casos más conocidos, un ciudadano francés fue detenido en mayo tras intentar cruzar a Polonia con todo un arsenal. El Servicio de Seguridad Ucraniano dijo que el hombre planeaba una serie de atentados en Francia.

Cada semana, los servicios de seguridad y la policía descubren depósitos de armas ilegales con Kalashnikov, explosivos e incluso lanzacohetes llevados desde la zona de combate en el este de Ucrania. La policía de transportes retira casi a diario armas que los pasajeros de trenes llevan en su equipaje. La mayoría son personal militar o miembros de batallones voluntarios que han combatido en el lado del gobierno.

Heorhiy Uchaikin, que preside la asociación ucraniana de propietarios de armas, estimó que los ucranianos poseen ahora de forma ilegal unos 5 millones de armas de fuego.

"Ucrania se ha convertido en un supermercado de armas ilegales", afirmó. "En Ucrania, un arma es como betún para zapatos en una fábrica de betún para zapatos".

El único mercado legal de armas de fuego en Ucrania es para rifles de caza, y está muy regulado. Las empresas de seguridad pueden obtener licencias para que sus guardas lleven armas cortas. Uchaikin pide que se cambien las leyes para legalizar la propiedad de pistolas y Kalashnikov, para regular el mercado y combatir los delitos con armas.

Algunas de las armas que se venden de forma ilegal se confiscaron a combatientes separatistas y se cree que fueron proporcionadas por Rusia. Los servicios de seguridad ucranianos confiscaron en junio más de 200 lanzacohetes, 3.000 granadas y dos lanzallamas Shmel que no forman parte del arsenal ucraniano.

Pero la mayoría de las armas en el mercado negro proceden del Ejército ucraniano y los aproximadamente 40 batallones de voluntarios, que en la mayor parte de los combates siguen al margen de la cadena de mando militar.

Nadiya Savchenko, una piloto militar que luchó en un batallón voluntario, culpa a mandos militares corruptos por el floreciente mercado negro.

Savchenko, que se convirtió en una heroína nacional tras ser capturada y encarcelada en Rusia durante dos años, afirma que las armas que deberían haberse entregado a soldados ucranianos llamados a combatir han terminado en el mercado sumergido.

"Recuerdo cómo comenzó todo: se movilizó a los hombres, pero no se les dieron rifles automáticos", dijo a Associated Press. "Comprendían que un rifle automático es lo único que puede proteger su vida. Y entonces los rifles automáticos empezaron a valer su peso en oro. Los compraban y escondían".

En los últimos dos años se ha llamado a filas a unos 250.000 ucranianos en seis oleadas de movilización.

Al menos 9.500 personas han muerto desde el inicio del conflicto en abril de 2014. Un acuerdo de alto el fuego firmado en 2015 redujo en gran parte los enfrentamientos, pero este verano se ha producido un aumento en las bajas. Los observadores internacionales han acusado a ambas partes de violar el acuerdo al emplear armamento pesado que deberían haber retirado.

Los esfuerzos del gobierno de convencer a la gente de que entregue sus armas de forma voluntaria han tenido un éxito limitado. Una convocatoria de la policía nacional en marzo reunió 4.500 armas de fuego, más de 300 proyectiles, unas 250 granadas e incluso un lanzagranadas.

El resultado fue extremadamente decepcionante, dijo el coronel de policía Kostyantyn Zhuk. "Esto es sólo una gota en el océano", dijo.

Además de los crímenes con armas de fuego, la principal preocupación es el contrabando. La principal ruta pasa por Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia, países de la Unión Europea que comparten frontera con Ucrania.

Uchaikin, de la asociación de armas, dice que las armas llegan a Europa por las mismas rutas de contrabando por las que antes se llevaban cigarrillos. Acusó a los guardias de frontera de beneficiarse del tráfico y de permitir el pase de vehículos sin inspección.

El Servicio de Seguridad de Ucrania lo negó. Al anunciar la detención del francés, las autoridades dijeron que sus agentes llevaban meses siguiendo al hombre y le habían permitido comprar cinco Kalashnikov, dos lanzagranadas, 125 kilos (275 libras) de explosivos, 100 detonadores y otras armas.

El hombre planeaba una serie de atentados en Francia antes y durante la Eurocopa de fútbol de este verano, indicó el servicio de seguridad.