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Cómo el huracán Patricia se convirtió rápidamente en monstruo

Patricia pasó de ser una tormenta tropical a un huracán que batió records en apenas 30 horas, como un auto de Fórmula Uno con combustible de jet.

¿Cómo pudo suceder? Porque los ingredientes eran los justos.

La abundancia de agua tibia proveyó la energía para lo que los meteorólogos llaman intensificación explosiva. El aire estaba más impregnado de humedad que de costumbre, lo que se adicionó al combustible. Y los vientos cruzados en lo alto —la llamada cizalla— que contienen la fuerza del huracán estuvieron ausentes durante buena parte del jueves, según los meteorólogos.

Los meteorólogos coinciden en que el fenómeno tiene todas las características de El Niño. Y si bien cabe en las teorías de los climatólogos de lo que será un mundo más caliente, éstos dicen que no lo pueden atribuir al calentamiento global... todavía.

El miércoles por la noche, Patricia era una tormenta tropical frente a la costa de México con vientos de 105 kph (65 mph).

Los meteorólogos pronosticaron que se fortalecería. Pero sucedió con una rapidez tal que sorprendió a muchos, dijo Robert Rogers, de la división de investigación de huracanes en la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera.

Para la madrugada del viernes, Patricia había batido todos los records, con vientos de 320 kph (200 mph).

El súper tifón Haiyan que arrasó Filipinas en 2013 tuvo vientos de 314 kph (195 mph) medidos por satélite. Pero la mayoría de las tormentas no tienen mediciones precisas porque no se envía aviones a volar a través de ellas salvo que constituyan una amenaza, según el profesor de meteorología Kerry Emanuel, quien durante tres días ha lanzado artefactos de medición desde aviones al interior de Patricia como parte de un experimento realizado por la Marina estadounidense.

En el mundo, Patricia es la quinta tormenta de Categoría 5 —con vientos superiores a 252 kph— en lo que va del año. Normalmente hay cinco o seis en un año.

Las regiones del norte y este del Pacífico han registrado más tormentas tropicales que lo habitual; el Atlántico, menos.

Esto es una característica propia de El Niño, un fenómeno meteorológico con aguas más cálidas para generar tormentas y vientos favorables en el Pacífico, mientras que en el Atlántico son desfavorables, según varios científicos.

Patricia es alimentada por aguas de 30 grados centígrados (87 Fahrenheit) en la superficie y hasta una profundidad poco habitual.

La teoría dice que a medida que se calienta el mundo, las tormentas extremas se volverán más fuertes y lluviosas. La fuerza récord de Patricia es "coherente con lo que decimos", pero los ejemplos son demasiado escasos para establecer una relación científicamente precisa, dijo Emanual.

Patricia y Haiyan serían "señales de advertencia de que así podría ser el futuro", según el meteorólogo Jeff Masters.

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