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La inmigración, un dilema para los republicanos

La sorprendente derrota que sufrió esta semana el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor, frente a un candidato del Tea Party ilustra la parálisis que viven los republicanos por el tema de la reforma a las leyes de inmigración. La línea política del partido que la mayoría de sus líderes cree que es la mejor para el futuro del partido es, sin embargo, riesgosa para la mayoría de los candidatos republicanos de la cámara baja que aspiran a ser reelegidos en los comicios de fin de año.

Casi todos representan distritos en los que viven pequeñas minorías, por lo que corren más riesgos de perder en las primarias ante un rival más conservador que en la carrera final contra un demócrata.

Ese hecho da pocos incentivos a la cámara baja —controlada por los republicanos— a la hora de redactar una iniciativa de reforma a la ley de inmigración que garantice la ciudadanía a los 11 millones de extranjeros sin papeles que viven en Estados Unidos.

El profesor en Economía David Brat, vencedor de Cantor, fustigó a Cantor al decir que el líder de la mayoría republicana estaba a favor de una "amnistía" a la gente que reside ilegalmente en el país.

El propio Brat dijo que su victoria sorpresiva demuestra que "la reforma migratoria ha nacido muerta".

Tras de la sonora derrota de Cantor, los republicanos enfrentan un dilema de cara a las elecciones generales de 2016: cómo afrontar el asunto de la inmigración, un tema que suele ser clave a la hora de competir en las primarias pero que podría afectar al partido en general ante un electorado más diverso en su carrera por alcanzar la Casa Blanca.

"En ocasiones el dolor puede ser un buen maestro", opinó Mario H. López, republicano y director de la organización Hispanic Leadership Fund (Fondo de Liderazgo Hispano). "Podría ser necesario que vuelvan a perder la carrera por la Casa Blanca para que algunos entiendan cuál es el filo de la navaja por el que pasean".

Muchos de los involucrados en el debate sobre la inmigración tienen pronósticos parecidos sobre lo que puede ocurrir luego. Si la cámara baja no hace nada sobre la ley de inmigración, el presidente Barack Obama podría cumplir sus promesas de suspender por mandato ejecutivo las deportaciones a finales del tercer trimestre. Eso seguramente enfurecerá más a los republicanos, de forma que el proyecto de ley posiblemente quede congelado en 2015.