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25 millones niños paquistaníes sin escuela por la insurgencia islamista

La insurgencia islamista ha devastado la educación de Pakistán, donde 25 millones de niños no pueden acudir a la escuela, "el mayor número en el Sur de Asia y el segundo del mundo", según un informe publicado informe publicado este lunes por la organización estadounidense Human Rights Watch (HRW).

La destrucción de colegios, y el asesinato de profesores y alumnos, afecta especialmente a las niñas, en un país con un pobre sistema educativo, añade el estudio.

El informe "Sueños convertidos en pesadillas: ataques contra estudiantes, profesores y colegios en Pakistán" señala que el "deprimente" sistema educativo del país asiático ha sido duramente golpeado por la insurgencia e incluso por el Ejército, que usa escuelas como barracones en ocasiones.

"Los talibanes y otros milicianos han cometido en repetidas ocasiones terribles ataques contra escuelas paquistaníes, privando a los estudiantes de sus vidas, así como de su educación", dijo el subdirector de la división de derechos del niño de HRW, Bede Sheppartd.

"Estos ataques a menudo ocurren porque con mucha frecuencia las autoridades han protegido a los milicianos o no los han procesado adecuadamente, y eso tiene que cambiar", subrayó el activista.

A falta de cifras oficiales del Gobierno paquistaní, HRW recurre a la estadounidense Base de Datos de Terrorismo Global que calcula que entre 2007 y 2015 se produjeron 867 ataques contra centros educativos, que causaron 392 muertos y 724 heridos.

El principal grupo talibán paquistaní, Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), responsable de la mayoría de acciones, y otras organizaciones terroristas atacan a las escuelas como símbolo del Gobierno, para fomentar la intolerancia y en especial para evitar que las niñas estudien.

Como ejemplo, HRW explica que cuando el TTP se hizo con el control en 2009 de la zona tribal de Swat, en el noroeste del país, cerró 900 colegios, lo que evitó que 8.000 profesoras pudieran dar clase a 120.000 niñas.

A ello se suma que el Ejército en algunas zonas usa las aulas como barracones, bases o dormitorios, lo que impide que los niños acudan a clase.

Así ocurrió cuando los militares echaron a los talibanes de Swat poco después y muchos de los colegios en lugar de reabrirse se convirtieron en barracones, según HRW.

En diciembre de 2016, unos 20 colegios del área seguían ocupados por el Ejército.

La organización de derechos humanos subraya que, a pesar de que la educación es un "derecho fundamental" según la Constitución del país, el Gobierno ha hecho poco por garantizar la seguridad de estudiantes y profesores.

Esto cambió tras el ataque del TTP en diciembre de 2014 contra una escuela gestionada por los militares en la ciudad nororiental de Peshawar en el que murieron 125 estudiantes, y provocó nuevas medidas de seguridad como muros y formación del profesorado en el uso de armas.

Sin embargo, HRW considera que no se han tomado medidas suficientes y que el Gobierno ha desplazado la responsabilidad a la dirección de los centros educativos.

La insurgencia se suma a la lista de problemas del sistema educativo paquistaní como son el "pobre acceso, la baja asistencia, discriminación por sexo, falta de profesores formados y unas pobres instalaciones", según el informe de HRW.

El mayor impacto, sin embargo, se produce sobre las niñas, con el 47 % de mujeres paquistaníes analfabetas y el 53 % de ellas fuera de los colegios, de acuerdo con datos del Gobierno de 2014.

La víctima más conocida de la violencia contra la educación en el país asiático es Malala Yousafzai, que fue tiroteada por talibanes en 2012, pero sobrevivió y dos años después recibió el Premio Nobel de la Paz. Hoy continúa sus estudios en Inglaterra.

FUENTE: EFE