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Dos muertos por la dura ola de frío y nieve que azota Grecia por tercer día

La dura ola de frío que azota Grecia desde hace tres días, con temperaturas bajo cero y fuertes nevadas en diversos puntos del país que causaron cortes en el tráfico y de electricidad, dejó hasta el momento dos muertos, según relató hoy la prensa local.

Un hombre de 77 años que residía en un pequeño pueblo cerca de la ciudad de Naupacto, en el oeste del país, falleció de camino al hospital tras ser declarado como desaparecido el sábado por la mañana y ser encontrado ocho horas después con claros síntomas de hipotermia.

El viernes una mujer de 78 años, en la ciudad de Komotiní, en el noreste de Grecia, fue encontrada muerta en su propia casa, según la policía por inhalación de gas tóxico procedente de un brasero.

En las islas de Skópelos, donde el nivel de nieve caída llegó a un metro, y de Alónisos, donde alcanzó los dos metros, se declaró el estado de emergencia durante el día hoy, mientras que la movilidad en ambos territorios del Egeo central es casi imposible.

Los medios locales aseguran que 15.000 hogares en la localidad de Ptolemaida, en el norte del país, donde las temperaturas alcanzaron los 17 grados bajo cero, se quedaron sin electricidad y sin calefacción.

Alrededor de 150 personas, según las mismas fuentes, fueron rescatadas por los bomberos en diversas áreas del país.

Incluso la segunda ciudad del país, Salónica, sufrió las consecuencias del temporal, pues centenares de hogares y negocios siguen sin suministro de agua debido al hielo.

La policía declaró restricciones en el tráfico de camiones de gran tonelaje en la carretera entre Atenas y Patras (la tercera ciudad del país) que se mantendrán hasta el lunes, mientras que muchos trenes sufrieron retrasos.

Numerosas escuelas del norte y centro de Grecia permanecerán cerradas el lunes, algunas hasta el martes, en previsión de que el frío y las heladas se mantengan durante los próximos días.

En la isla de Lesbos amaneció completamente nevado el campo de refugiados de Moria, donde las ONG se quejan de que las autoridades de Atenas no proveen de los medios adecuados para que los migrantes puedan calentarse; una situación opuesta al de Kara Tepé, gestionado por el ayuntamiento, donde las familias sí disponen de estufas.