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El presidente electo de Filipinas promete restablecer la pena de muerte

El presidente electo de Filipinas, Rodrigo Duterte, prometió este domingo restablecer la pena de muerte y ordenar a las fuerzas de seguridad que disparen a matar en su lucha contra el crimen.

"Pediré al Congreso que restablezca la pena de muerte por ahorcamiento", dijo Duterte en conferencia de prensa en Davao, la ciudad sureña de la que es alcalde, y afirmó que dará órdenes a las fuerzas de seguridad para que disparen a matar en asaltos contra el crimen organizado o contra quienes se resistan violentamente al arresto.

"Si hay alguien que se resista, o muestre una actitud violenta de resistencia, mi orden a la policía (será) disparar a matar. Disparar a matar al crimen organizado. ¿Escuchan esto? Disparar a matar contra todo crimen organizado" insistió.

Agregó que militares expertos en disparar serán reclutados en esta campaña para matar a criminales.

Duterte, de 71 años, dijo que necesita que la pena capital --abolida en 2006 durante la presidencia de Gloria Arroyo-- se vuelva a aplicar contra una variedad de crímenes, en especial drogas, aunque también violación, asesinato y robo.

Acusado de haber creado escuadrones de la muerte que han causado más de mil muertos, prometió erradicar la criminalidad en seis meses.

Sus groserías y palabrotas y sus bromas de mal gusto sobre las violaciones, junto con su impulsividad (amenazó con romper con Sídney y Washington) han hecho que se le compare con Donald Trump, el precandidato republicano a la Casa Blanca.

En una ocasión dijo que 100.000 personas van a a morir, y mucho de esos cuerpos deberían ser lanzados a la bahía de Manila para que los peces engorden alimentándose de ellos.

Duterte consideró el domingo "suficiente" haber presentado por escrito excusas al papa por haberlo tratado de "hijo de puta", e indicó que no irá al Vaticano como lo había anunciado para disculparse personalmente ante el papa.

Interrogado en la conferencia de prensasobre su proyecto de viajar al Vaticano, Duterte declaró no tener la intención de hacer ese viaje. "Ya basta", agregó, y dijo que le envió una carta al pontífice.

Consideró además que ese viaje "podría ser un ejercicio hipócrita".

Duterte, electo el 9 de mayo con un programa populista y que durante la campaña hizo declaraciones escandalosas, había indicado el jueves que iría al Vaticano para presentar personalmente sus excusas al papa.

Su portavoz, Peter Lavina, había declarado que se trataba de pedirle "perdón" a Francisco.

El presidente electo fue alcalde de la sureña ciudad de Davao durante más de 20 años y se aseguró el triunfo en las elecciones con una insuperable ventaja de 6,1 millones de votos sobre su rival más cercano, el candidato oficialista Mar Roxas.

Tres décadas después de la revolución que expulsó del poder al dictador Ferdinand Marcos, los detractores de Rodrigo Duterte advirtieron del riesgo de que su elección acarree una nueva época convulsa para Filipinas.

Según Duterte, para acabar con la pobreza hay que erradicar el crimen. Pero para ello hace falta saltarse a una justicia ineficaz y corrupta y ordenar a las fuerzas de seguridad la eliminación de los criminales.

"¡Olviden las leyes sobre los derechos humanos!", gritó en su último mitin.

Pese a tener une media de crecimiento económico anual de 6% en estos últimos años, más de un cuarto de la población sobrevive con ingresos por debajo del umbral de pobreza, es decir, la misma proporción que hace seis años.

Desde hace 30 años, el archipiélago ha sido dirigido, tanto a nivel local como nacional, por clanes familiares apoyados por importantes empresarios, un sistema que ha ahondado aún más las diferencias entre ricos y pobres.