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Cada vez más hombres denuncian acoso sexual

WASHINGTON (AP) — El jefe de John Pilkington no admitía que le dijesen que no.

Según Pilkington, durante los más de dos años como camarero de un restaurante caro de Scottsdale, Arizona, su supervisor lo manoseó y lo sometió a acosos sexuales más de una decena de veces.

"Fue muy incómodo. Tenía que hacer algo porque era una situación insostenible", afirmó Pilkington.

Pilkington es hoy uno de los principales testigos de la fiscalía en una demanda contra el restaurante Fleming's Prime Steakhouse & Wine Bar y uno de un creciente número de hombres que dicen haber sido víctimas de acoso sexual en sus trabajos.

De 1990 a 2009, el porcentaje de denuncias de acoso sexual hechas por hombres se duplicó y pasó del 8% al 16%, de acuerdo con la Comisión de Oportunidades Laborales Igualitarias (Equal Employment Opportunity Commission).

Las mujeres siguen haciendo el grueso de las demandas, pero los abogados de la Comisión dicen que han notado un aumento significativo en los procesos iniciados por hombres. De los 12,700 casos registrados en 2009, más de 2,000 fueron denuncias de hombres.

La cantidad de denuncias ha disminuido en los últimos años, pero el porcentaje de demandas hechas por hombres ha subido y el año pasado representaron el 14% de los casos.

"Es posible que haya más casos de acosos sexuales de hombres, pero también es posible que simplemente los hombres se estén animando más a hacer denuncias", expresó Ernest Haffner, abogado de la Oficina de Asesoría Legal de la Comisión.

Si bien hay algunas denuncias de abusos por parte de mujeres, que pueden ser supervisoras o no, el grueso de las denuncias involucra acosos de un hombre a otro. Algunas veces se trata de individuos que tienen sentimientos amorosos, otras de gente que hostiga a alguien porque piensa que es gay o porque no lo considera lo suficientemente masculino.

Anteriormente una empresa quizás hubiera desestimado quejas de este tipo de un empleado, pero las cosas han cambiado y ese tipo de comportamientos es considerado hoy inaceptable.

En noviembre, por ejemplo, la cadena de restaurantes Cheesecake Factory aceptó pagarle 345.000 dólares a seis empleados que dijeron que fueron maltratados por el personal de la cocina en un restaurante de Phoenix.

La Comisión dijo que los agresores se llevaban a rastras a sus víctimas a un salón refrigerado, los manoseaban, les tocaban los genitales y simulaban que los violaban. La empresa rechazó los cargos pero aceptó pagar una compensación y se comprometió a educar a sus empleados en torno a lo que constituye acoso sexual.

Susan Strauss, quien asesora a las empresas en torno a temas de acoso sexual, dice que cada vez ve más casos en los que un hombre es maltratado porque no lo consideran viril.

"Si uno no responde al estereotipo masculino o si es visto como afeminado, lo maltratan para humillarlo", dijo Strauss.

También van en aumento los casos en los que un individuo dice haber sido acosado sexualmente por una mujer en el trabajo. El año pasado, Regal Entertainment Group, que opera una cadena nacional de salas de cine, pagó 175.000 dólares a un empleado que dijo que una compañera de trabajo la agarró repetidamente sus partes íntimas.

Cuando el empleado se quejó a sus supervisores, no se hizo nada. El acoso continuó y, por el contrario, el empleado empezó a recibir evaluaciones negativas.

La cantidad de denuncias de hombres comenzó a subir desde que la Corte Suprema dictaminó en 1998 que un empleado puede demandar a una empresa por acoso sexual de una persona del mismo sexo. El caso involucró un empleado de una plataforma petrolera marina que dijo que había sido maltratado y humillado por sus compañeros, que incluso lo sodomizaron con una barra de jabón en un baño.

En el caso de Pilkington, el afectado afirma que el chef del restaurante le tocaba los genitales y el trasero cuando pasaba por la cocina. Se quejó ante uno de los dueños, pero dice que no se hizo nada.

Luego de un incidente, Pilkington estalló y le gritó al chef. A los pocos días, fue despedido. El sostiene que fue en represalia por sus quejas continuas. La demanda de Pilkington y otros tres empleados contra el restaurante todavía no ha sido resuelta.

"A los hombres les cuesta más hacer denuncias porque se sienten avergonzados", manifestó Pilkington. "Cada vez que hablo del tema me dan náuseas".

El restaurante niega las acusaciones.

Muchos empleados no quieren hacer denuncias porque temen ser vistos como débiles o ser blanco de burlas, de acuerdo con Mary Jo O'Neill, abogada de la Comisión.

"Las víctimas de acoso sexual se sienten humilladas, perdidas, indefensas", expresó. En el caso de los hombres, "es tal vez peor porque todo el mundo espera que sepan manejar la situación y resolver las cosas por su cuenta".