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Ritmos africanos en Festival de Diablos y Congos

Panamá (EFE).- El ritmo de los tambores y la energía de las danzas africanas se apoderaron hoy del tranquilo poblado de Portobelo, en la costa norte de Panamá, con la llegada de grupos de congos y diablos que volvieron a librar su batalla ancestral del bien contra el mal.

El VII Festival de Diablos y Congos convocó este sábado a miles de visitantes, que presenciaron la fiesta que cada dos años celebra las tradiciones afrocoloniales, o legado de los descendientes de esclavos que llegaron a las costas panameñas en la época de la colonia española.

Máscaras de gran tamaño elaboradas a mano, de colores fuertes como rojo, negro y amarillo, con ojos gigantes y dientes aún mayores representan a los diablos, la caracterización teatral del opresor de los esclavos en fuga o cimarrones, que se agrupan en grupos o congos.

Los congos aparecen con harapos que visten al revés, como una forma de burla a sus amos, adornados con toda suerte de baratijas y juegues viejos y mal estado, y con los rostros pintados de negro para acentuar aún más el rasgo africano.

La batalla se libra con danzas al ritmo de los tambores y de voces femeninas que cantan temas alegóricos a la eterna batalla entre el bien y el mal, entre los congos y los diablos, en las que resultan victoriosos los negros cimarrones apoyados por un grupo de ángeles.

En esta VII edición, el colorido espectáculo tuvo lugar en un escenario con tarima colocado en la plaza central de Portobelo, donde además de los grupos de diablos y congos se presentaron escuelas infantiles de danzas típicas.

La idea del festival, que nació en 1999, es "conservar y divulgar las tradiciones" afrocoloniales, "fortalecer el sentido de pertenencia" de esas comunidades, y generar "oportunidades comerciales" para los habitantes de Portobelo, afirmaron a Efe los organizadores.

Las calles de Portobelo, un antiguo puerto que vivió su mayor esplendor en siglo XVII, se convirtieron este sábado en un mercado a cielo abierto, inmerso en los aromas de las comidas tradicionales de la fiesta y adornado por los colores de las artesanías típicas de la zona.

Puestos de comidas como el arroz con coco y porotos o fríjoles, pescado crudo con limón, marisco en salsas picantes o vinagre y patitas de puerco avinagradas, eran algunos de los manjares criollos que degustaron los miles de visitantes, teniendo como telón de fondo las ruinas de un antiguo fuerte.

Una vendedora de comida típica, Arelis Aranda, de 30 años y oriunda de Portobelo, dijo a Efe que el festival bienal representaba una excelente oportunidad económica para los lugareños, que podían obtener ingresos extras con la venta de pescado y arroz.

"El sancocho de pollo y el arroz de coco y porotos son los platos que más vendo, aunque la gente pide mucho también las patitas de puerco avinagradas", añadió Aranda, para quien este 2011 la afluencia de asistentes a la fiesta estuvo por encima de la edición pasada.

De acuerdo a los organizadores, la fiesta de tambores y danzas sensuales logró reunir en 2009 unas 6.000 personas, y esperaban que este año se incrementara la asistencia dado el crecimiento de la popularidad del evento.

La alegría se mantuvo durante toda la jornada en las calles del pueblo, típico de las costas caribeñas: calles estrechas con pequeñas casas de colores brillantes y una plaza central con la iglesia, donde se encuentra un Cristo Negro que es adorado por los lugareños.

Este año la fiesta, de un solo día, incluyó actividades complementarias como exposiciones fotográficas y plásticas relacionadas con las manifestaciones afrocoloniales.

Las autoridades desplegaron un amplio dispositivo de seguridad, que incluyó revisión de las personas que entraban al pueblo a pie y un operativo especial para evitar que los autos atiborraran el centro del pequeño pueblo.

Esta VII edición el festival coincidió con la celebración del Año Internacional de los Afrodescendientes, declarado por Naciones Unidas con el objetivo es fortalecer el compromiso político de erradicar la discriminación contra esas personas y promover una mayor conciencia y respeto a su diversidad y cultura.

FUENTE: Agencia EFE