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Make-A-Wish cumple deseos que devuelven esperanza de vida a niños enfermos

Cuando la vida parece ponerse oscura, siempre existen pequeñas acciones que logran grandes cambios y, con esa idea, la organización Make-A-Wish se encarga de cumplir los deseos de miles de niños con enfermedades mortales para así contribuir en su lucha por vivir.

Los deseos de esos niños son variados que van desde conocer a Lady Gaga, recorrer el rancho de Vicente Fernández, pasar una tarde con el cantante Enrique Iglesias, conocer un unicornio, ser un personaje en una caricatura, hasta los viajes a los lugares más lejanos.

Oscar Mendiola, que a sus 7 años padece cáncer, sabe lo que significa que le concedan un deseo, en su caso "conocer Disneyland".

"Me gustó platicar con Micky Mouse, fue un viaje muy bonito con mi familia", declaró a Efe el menor, quien manifestó su deseo de ser doctor cuando sea adulto.

Su padre, Miguel Ángel Mendiola, trabaja en un restaurante en Phoenix, Arizona, y por carecer de estatus migratorio no podía darse el lujo de viajar a California, pero gracias a que su hijo fue seleccionado para recibir un deseo, toda la familia compartió con él un día de felicidad.

"Por unos momentos se olvidan las enfermedades, porque uno nada más vive a lo que Dios diga, esperamos si nos los deja o nos los quita", comentó a Efe el mexicano oriundo de Morelos.

Como a Oscar, el año pasado Make-A-Wish otorgó más de 15.300 deseos a niños a través de 62 organizaciones en todo el país.

Carlos Inostroza, gerente de la fundación de Arizona, mencionó a Efe que 40 % de los menores que atiende en sus peticiones son latinos, y detalló que los requisitos para recibir un deseo es tener entre 2 y 18 años, además de padecer una enfermedad delicada que acorte la vida.

Informó que casi 70 % de los deseos implica un viaje, donde se incluye a dos adultos que son los padres y a todos los hermanos menores de 18 años que vivan con el menor.

"Los más requeridos son los parques de atracciones en Estado Unidos, pero hay otros que quieren ir a las playas de San Diego (California), a Europa o a otra parte del mundo", señaló.

Sonriente, recordó que el deseo más complicado que han cumplido fue el de crear un personaje para una niña enferma, con sus características, para una serie de caricaturas.

"Ella quería salir en la caricatura, así que el estudio que produce la caricatura pidió la foto de la niña y dibujaron un personaje que se pareciera a ella y la mandamos a Los Ángeles, California, para que grabara la voz de un capítulo", contó.

"Por supuesto que hay sueños que no podemos lograr, pero la idea es tratar de cumplirlos", aclaró.

Inostroza destacó que el objetivo de la fundación es ser la esperanza, fortaleza y alegría del niño, más allá del diagnóstico que pone en riesgo su vida.

Según datos de la organización a nivel nacional, en promedio se concede un deseo cada 34 minutos.

"Un deseo es más poderoso cuando se presenta junto con el tratamiento o en el momento en que el niño necesita esperanza y fortaleza", sostuvo.

Las estadísticas lo confirman, añadió, ya que de acuerdo a una encuesta nacional realizada por Make-A-Wish a 1.000 niños, 74 % de los padres observó que la experiencia del deseo cumplido marcó un momento positivo en la respuesta del tratamiento de sus hijos.

Frente al 81 % de los padres que se percataron de una mayor disposición de sus niños para cumplir con los tratamientos, 89 % de los médicos, enfermeros, asistentes sociales y pediatras encuestados indicaron que la experiencia del deseo influye positivamente en la salud de los menores.

La encuesta también arrojó que 98 % de los padres sintieron que el deseo les dio la oportunidad de volver a ser una familia "normal".

Kaila, una niña de 12 años quien sufre de convulsiones que ponen en riesgo su vida, pidió una habitación nueva y la consiguió, cosa que la hizo sonreír de nuevo y la apartó de las preocupaciones que conlleva su enfermedad.

Inostroza detalló que, a lo largo de 37 años, Make-A-Wish ha concedido cerca de 6.000 deseos a niños en Arizona y cada deseo tenía un costo aproximado de 10.000 dólares. Mientras que a nivel nacional se han realizado unos 285.000 deseos desde 1980.

Los deseos pueden implicar el desarrollo de la imaginación de los participantes, ya que van desde conocer a un unicornio, como fue el caso de Eva, una niña de 4 años que padece de leucemia, hasta el de Frando, quien tiró la primera bola en el juego de apertura de los Arizona Diamondbacks.

"Estaba nervioso, solo quería asegurarme de que el lanzamiento fuera por encima de la base del bateador", comentó mediante un comunicado Frando, un niño de 12 años quien venció el cáncer después de una larga lucha de dos años.

FUENTE: EFE