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Turismo en Grecia: récord de llegadas pero inaccesible para muchos griegos

Mientras Grecia espera para este año un nuevo récord de llegadas de turistas extranjeros, la crisis de los últimos siete años ha dejado una herida permanente en los nacionales que siguen sin poder disfrutar de unas vacaciones alejados de las preocupaciones económicas cotidianas.

Según las estimaciones de la Organización Griega de Turismo, en 2017 se espera la cifra récord de 30 millones de turistas, superando así los 28 millones de 2016, que ya supusieron un volumen de llegadas sin precedentes en el país heleno.

A pesar de esto, según datos del Banco de Grecia, en 2016 los ingresos por turismo fueron de algo más de 13.200 millones de euros, un 6,5 % menos que en el año precedente, pese al aumento del 7,5 % de turistas.

Kyriakos Karafantis, de 26 años, ha sido testigo de este incremento de visitantes desde su puesto de trabajo en una de las muchas empresas que ofrecen viajes a las islas en el puerto del Pireo, en el sur de Atenas y el más grande de Grecia.

La estacionalidad de su trabajo -todo el periodo estival hasta octubre- implica que no toma vacaciones en verano y, cuenta a Efe, tampoco en invierno, al depender de los ahorros conseguidos durante la temporada alta de turismo.

Como él, el 53,6 % de la población de Grecia no puede tomar una semana de vacaciones al año lejos de casa, según datos de Eurostat.

Y los griegos que sí viajan, "apenas consumen", dice Kostas Vardakis, propietario de un supermercado en Kalá Nerá, un pueblo de la costa frecuentado tradicionalmente por muchos griegos.

"Están unos días en un apartamento, donde se preparan la comida o simplemente compran una bolsa de patatas fritas y un refresco", opina Vardakis por lo bajo para evitar que le escuchen los clientes griegos.

En 2015, según los últimos datos disponibles, el turismo supuso un 26,5 % del producto interior bruto (PIB) griego y, con la dispersión de los destinos turísticos en el país, ostenta un papel crucial en los ingresos de muchas regiones helenas.

En las islas, por ejemplo, supone más del 50 % de su PIB: el 56 % en la isla de Creta, el 63 % en las islas Jónicas -Corfú o Zante, entre otras- y el 72 % en el Egeo meridional, con islas como, por ejemplo, Santorini, Mikonos o Rodas.

A pesar de esto, Yannis Retsos, director de la Confederación Griega de Turismo (SETE), establecía en la televisión griega Skai "la necesidad de la transición del turismo griego de la cantidad a la calidad".

Las casi 30 millones de visitas que se esperan para 2017 "pueden parecer un triunfo, pero nuestras infraestructuras se están agotando", reconoció Retsos.

Un ejemplo de ello es la isla de Santorini, de 73 kilómetros cuadrados y uno de los principales destinos turísticos de Grecia. Su alcalde, Nikos Zorzos, reconocía en 2016 que el gran volumen de turistas que recibe está degradando el ecosistema de la isla, en especial su costa.

Desde la isla también denunciaban la odisea de alquilar un piso.

"El periodo turístico va desde abril hasta finales de octubre, por eso los locales no quieren alquilar sus pisos a médicos o a maestros. Prefieren alquilarlos a través de plataformas como Airbnb o simplemente no alquilarlos el resto del año", explica a Efe Manolis Karamolengos, director de un colegio público en Santorini.

Con esto, la isla está tomando medidas para controlar el impacto del turismo en la isla como limitar el número de turistas que llegan en ferris a unos 8.000 por día frente a la media de 10.000 pasajeros diarios que puede llegar a recibir Santorini en temporada alta.

FUENTE: EFE

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