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Los turistas chinos, blancos favoritos de los carteristas en Francia

Leon Chen vigila a su alrededor mientras conduce a un grupo de turistas chinos por Galerías Lafayette, templo comercial del lujo parisino. Como guía, sabe muy bien que sus clientes, grandes consumidores, son blanco privilegiado de los carteristas.

"Ha pasado muchas veces. Los últimos dos grupos sufrieron un robo en este centro comercial", dijo Chen, contando cómo los ladrones hurtan en un abrir y cerrar de ojos las bolsas depositadas momentáneamente en el suelo por sus propietarios.

"Les digo que París es peligroso y que deben esconder su dinero en la ropa. Trato de ir con más cuidado. ¿Qué más puedo hacer?", se interrogó.

Mientras todos los turistas son blancos potenciales de los carteristas, los chinos se han convertido en un blanco codiciado porque muchos de ellos viajan con grandes sumas de dinero en metálico.

La semana pasada, un grupo de unos 40 chinos fueron agredidos con gases lacrimógenos y robados al exterior de su hotel a las afueras de París, en el último de una serie de ataques que han empañado la imagen de Francia entre los turistas asiáticos.

La embajada china dio cuenta el sábado en un comunicado de "varios robos violentos a gran escala" contra turistas chinos en Francia y pidió a estos últimos que extremen la vigilancia.

Jean-Francois Zhou, director de la agencia de viajes Ansel, señaló que la imagen de Francia asociada a "la buena vida y la galantería" se ha visto manchada por estos sucesos. "Ahora todo el mundo está al corriente de los riesgos de seguridad".

El último robo en el suburbio popular de Fresnes corresponde a un modelo de ataque contra hoteles asequibles en las afueras de París, donde se alojan los turistas menos acaudalados.

En agosto de 2016, un grupo de asaltantes también utilizó gases lacrimógenos para retener a un grupo de turistas al exterior de su hotel, cerca del aeropuerto internacional Charles de Gaulle.

"Solían venir en grupos de cinco o seis, en moto, y robaban los bolsos o el dinero a los turistas en el estacionamiento", dijo a la AFP una recepcionista de un hotel de tres estrellas en un suburbio del noreste parisino, Le Blanc-Mesnil.

El hotel acabó cerrando una entrada cercana a la carretera utilizada por los ladrones para huir y llamando a la policía cada vez que llega un grupo de chinos.

"Pero sigue pasando actualmente", dijo la recepcionista, dando cuenta de dos ataques en los últimos seis meses con ladrones que se hicieron pasar por policías.

En términos de gastos, los chinos representaron el mayor mercado de turismo en el extranjero en 2016, por delante de Estados Unidos.

París es además su destino europeo favorito y aunque debido a la ola de ataques yihadistas sus llegadas cayeron en 2015 y 2016 - un 23% hasta 1,8 millones el año pasado - las agencias y los centros comerciales anticipan una recuperación del turismo chino en 2017.

Jenny, una vendedora china de Galerías Lafayette, que este año abrió una tienda dedicada a los compradores procedentes del gigante asiático, dijo a la AFP que la demanda por unos bolsos italianos a 2.000 euros (2.300 dólares) estaba subiendo.

Para hacer frente a esta lacra de inseguridad, Francia, que ambiciona atraer a 5 millones de turistas asiáticos anuales para 2020, reforzó la presencia policial en torno a los grupos de turistas y desplegó varias unidades para que los visitantes puedan denunciar los robos en varias lenguas, incluido el chino.

Y para alentar a los visitantes a llevar menos efectivo encima, algunos centros comerciales empezaron a instalar terminales de Alipay y WeChat Pay, dos de las plataformas de pago más populares en China.

Unas medidas, que, "dada la envergadura del fenómeno, son insuficientes", estimó Zhou.

FUENTE: AFP